Familias y estudiantes con discapacidad.
17 junio, 2020

El rol que desempeñan de las familias es fundamental para impulsar los logros de los estudiantes con discapacidad.

“No es el nivel socioeconómico, ni la escuela a la que asiste un niño, el mejor indicador del éxito de los estudiantes”[1]. El principal factor para lograr que los estudiantes obtengan buenos resultados es que “las familias fomenten el aprendizaje en el hogar y se involucren en la educación de sus hijos”[2].

La participación de la familia en los procesos de enseñanza.

En el caso de los estudiantes con discapacidad, la participación de la familia en los procesos de enseñanza y aprendizaje de sus hijos adquiere especial importancia.

“El núcleo familiar no solo es fundamental para que se dé la formación integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, también incide en los procesos de acceso, permanencia, egreso y calidad de la educación”, explica  Juan Camilo Celemín, Coordinador de Educación y Formación de la Fundación Saldarriaga Concha.

Sin embargo, el diálogo permanente que la Fundación Saldarriaga Concha ha mantenido con docentes, directivos y docentes de apoyo, ha dejado en evidencia que el escenario que se está dando no es el ideal; el poco involucramiento de los padres, los cuidadores y en general de las familias, es una de las principales preocupaciones de las comunidades educativas.

Las razones de esta baja participación pueden ser de distinta índole. Dora Manjarrés Carrizalez, docente de la  Licenciatura en Educación Especial de la Universidad Pedagógica Nacional, asegura que el desconocimiento de los padres y el miedo a cometer errores, es una de ellas.

El sentimiento de incertidumbre ante la discapacidad de un hijo.

“Muchas veces los padres tienen el entusiasmo para ayudar a sus hijos, pero sienten que es el ‘especialista’ el que sabe y prefieren mantenerse al margen”.

Por eso, Manjarrés cree que es necesario que los docentes busquen espacios en los que puedan ayudarles a los padres a comprender de qué manera entienden, interiorizan y aprenden sus hijos, así como darles mecanismos para mejorar la comunicación.

Este sentimiento de incertidumbre ante la discapacidad de un hijo lo vivieron Luz Esperanza y Oscar Javier, quienes dos meses después de un parto complicado descubrieron que su hijo, Pipe, había tenido un  desprendimiento de retinas.

“Al comienzo fue muy difícil. Vienen muchas preguntas, el miedo, el desconocimiento, el no saber cómo actuar con nuestro hijo. Pero con el tiempo llegaron a nuestras vidas personas que quisieron  orientarnos, testimonios de familias y de personas con discapacidad visual  muy inspiradoras y nos dimos cuenta de que ese no era el final. Nuestro hijo nos necesitaba para salir adelante”, confiesa Óscar Javier Guacheta.

Orientaciones para la transición educativa de los estudiantes con discapacidad y con capacidades o talentos excepcionales en la educación inicial, básica y media. Mineducación.

Notas relacionadas:


[1] PTA, N. (2000). Building Successful Partnerships: A Guide for Developing Parent and Family Involvement Programs. (pp. 11-12). Bloomington, Indiana: National PTA, National Education Service.

[2] IDEM