‘Este reconocimiento no es solo para mí, es para los profes y las entidades que se interesan en la educación inclusiva’: Sindey Bernal
7 junio, 2022
Sistema Nacional de Cuidado

Sindey Carolina Bernal fue reconocida como la mejor profesora de Iberoamérica por la Fundación FIDAL. Hablamos con ella y nos contó sobre su interés por la educación inclusiva, sus satisfacciones en el desarrollo de su labor, los obstáculos que ha tenido; y, además, dio algunas sugerencias para los maestros interesados en el tema.

La ‘profe’ Sindey Carolina Bernal tiene muy claro el concepto de inclusión, ha sido su bandera de trabajo desde que estaba estudiando la Licenciatura en Diseño Tecnológico en la Pedagógica Nacional. Allí tuvo la oportunidad de compartir con estudiantes sordos que presentaban dificultades de comunicación porque la mayoría de los oyentes no sabemos lengua de señas. Esto la impulsó a inscribirse casi de inmediato en la electiva de lengua de señas de su universidad. Después fue monitora de investigación que le dio experiencias en este campo y, finalmente, decidió que su trabajo de grado sería para brindar herramientas de apoyo a las personas sordas.

Aunque también se puede decir que desde antes tiene claro lo que es la inclusión. Esto porque creció en una familia que le enseñó a ‘ponerse en los zapatos del otro’. Reconoce, particularmente, a su abuelo quien le insistió en la importancia de ayudar a los demás.

Reconocer las habilidades y potenciarlas

Para ella, la inclusión no está relacionada solamente con las personas que tienen alguna condición de discapacidad, sino que es permitir la participación de todos y todas, desde el reconocimiento de sus habilidades para potenciarlas.

Esto implica desarrollar estrategias, recursos y actividades en equipo que permitan identificar las habilidades de las personas, independiente de si tienen algún tipo de discapacidad, e identificar cómo se pueden potenciar. Eso, precisamente, es lo que está haciendo con el ‘Semillero de investigación INCLUTEC: estudiantes creando recursos tecnológicos para la inclusión’.

El mejor entre 152 proyectos inclusivos

Este semillero le dio el reconocimiento como la mejor profesora de Iberoamérica, que otorga la Fundación FIDAL (Ecuador). Un total de 105 proyectos ecuatorianos y 47 internacionales se presentaron.

En el semillero estudiantes de décimo y once del colegio Enrique Olaya Herrera, de Bogotá, hacen un trabajo de campo en los cursos de primaria para identificar habilidades que se puedan potenciar o falencias a las cuales les puedan dar una solución. Luego proceden a crear, a poner en práctica y a evaluar su creación.

La ‘profe’ Sindey forma parte del programa Maestros por la Inclusión, una estrategia de la Fundación Saldarriaga Concha que busca conformar redes de maestros en todo el país para que compartan recursos técnicos, metodológicos y didácticos relacionados con la inclusión de poblaciones a la educación.

“Con el programa Maestros por la Inclusión he podido compartir con colegas docentes y colegios de diferentes regiones de Colombia. Agradezco a la fundación porque definitivamente son parte de los líderes que reconocen, respetan y valoran las diversidades, y ha permitido que los profesores estemos en una comunidad que nos permite compartir ese tipo de estrategias”, dice Sidney.

¿Qué es ser un maestro o maestra comprometido con la inclusión? 

Para mí un maestro o una maestra comprometido con la inclusión es aquel que está en el rol de cocreación. Nosotros, como profesores comprometidos con la inclusión, tenemos que crear estrategias, recursos e ideas que permitan activar los sentidos de nuestros niños. Debemos preocuparnos para que todos los chicos tengan la posibilidad de aprender desde sus diversidades.

Podemos crear junto con nuestros chicos, motivarlos a que reconozcan la importancia de su relación consigo mismos, con el medio y con los demás, que no sea un trabajo unilateral sino en equipo.

Somos muchos los ‘profes’ que amamos y nos motiva apoyar y fortalecer el trabajo de nuestros niños desde las aulas y en sus contextos familiares dentro del reconocimiento de esas diversidades.

¿Por qué decidió ser una ‘profe’ comprometida con la inclusión. Algún evento en particular en la vida? 

Además de mi perfil y posición como estudiante desde el reconocimiento con las diversidades, mi abuelito paterno, Juan Villamarín, me inspiró a crear para ayudar. Él empezó a perder la visión y nunca nos dijo nada, era una persona muy independiente. Tenía una enfermedad degenerativa y mi mamá fue quien se dio cuenta de que no estaba viendo bien, pero él respondió que era por la edad, aunque él no era tan mayor.

Él seguía enseñándonos cosas y me motivaba mucho a ayudar a los demás.

¿Cómo se ha ido preparando para serlo? 

Como profesores debemos estar en constante formación. Primero estudié Licenciatura en Diseño Tecnológico, luego me dieron la posibilidad de hacer de una vez la maestría, entonces cursé becada la Maestría en Tecnologías de la Información Aplicadas a la Educación. Después, gracias a una compañera que estaba haciendo un doctorado en México, aunque en otro tema, encontré el doctorado en Educación Inclusiva en ese país.

Elegí ese doctorado porque me permitió conocer ‘profes’ de otras regiones y países apasionados que buscan ese reconocimiento de nuestros niños y niñas, e interesados en fortalecer nuestros procesos de formación.

Más adelante, aquí en Colombia, encontré el doctorado Formación en Diversidad, de la Universidad Manizales. Me pareció increíble porque le apunta a ese reconocimiento, respeto y valoración de las diversidades que siempre he reiterado, por eso me vinculé.

Durante esta formación, también he hecho cursos con la Fundación Saldarriaga Concha, he tenido la posibilidad de participar en Innovadores Tecnológicos del Ministerio de Educación Nacional. En el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia (Mintic) pertenecí al grupo de Computadores para Educar para aprender programación para niños y niñas. Todos estos fundamentos ayudan al desarrollo de los proyectos. Lo que aprendo en cualquiera de los cursos, lo aplico en el colegio, lo comparto con mis colegas y mis estudiantes.

¿Cuál ha sido su mayor satisfacción en esta labor de compromiso por la inclusión? 

La mayor satisfacción es motivar a mis chicos líderes del semillero a que continúen estudiando, a que se inspiren y sepan que los sueños sí se pueden cumplir. Que puedan ser parte del cambio creando para ayudar.

Independientemente de la carrera o de la profesión que escojan lo ideal es que apliquen lo aprendido y que piensen en el otro, no solo desde pensarse a sí mismo, sino desde el reconocimiento del otro.

Más allá de la satisfacción de recibir el premio, es la posibilidad de reconocer las diferencias y apoyarlas. Es un trabajo en equipo, este reconocimiento no es solo para mí, sino para los niños que me acompañan día a día, para los ‘profes’ y a las entidades que se interesan en la inclusión.

¿Cuáles han sido los mayores obstáculos y cómo los ha superado? 

Entre los obstáculos están los recursos. Nosotros creamos estrategias y quisiéramos hacer un súper prototipo, pero el recurso no alcanza. Hemos tratado de ver cómo recolectamos esos recursos para crear. Además de que la conectividad no es muy buena en los colegios, una vez nos robaron los computadores, eso fue un reto.

Entonces les dije a mis chicos que siguiéramos trabajando y creamos con recursos análogos, ahí pensamos que no nos podíamos limitar solo al uso de dispositivos digitales, sino aprovechar la situación que se nos presentó y aprendimos bastante. Eso hizo que los chicos se esforzaran más. Después de dos años logramos tener nuevamente computadores.

¿Qué recomendaciones da a otros profesores que quieran seguir sus pasos? 

Una de las recomendaciones es unirnos porque sé que hay muchos ‘profes’ que estamos trabajando en esta línea, si logramos hacer una red e intercambiar experiencias lograríamos una muy buena propuesta articulada que impacte muchos contextos.

Primero unirnos los que estamos trabajando, para luego inspirar y motivar a otros colegas a que se unan a esta aventura de crear.

¿Qué metas tiene? 

Tengo metas a corto, largo y mediano plazo, pero ahora resalto que debo terminar mi doctorado y mi tesis doctoral para poder implementarla. También estoy trabajando en este momento para ayudar a mis niños con depresión, esto ha sido parte de mi tarea por estos tiempos.

Otra meta es expandir el semillero a otros contextos y territorios, no solo en Bogotá, sino en otras regiones que sé, por mis compañeros ‘profes’, que tanto lo necesitan.

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