Celebremos la existencia del braille, el medio de comunicación de las personas ciegas
4 enero, 2023

Existencia del braille

El braille es el método universal de lectoescritura de las personas ciegas. Así fue declarado hace más de un siglo durante una conferencia internacional convocada 26 años después de la muerte de Louis Braille, su creador. En 2019 la Organización de las Naciones Unidas definió el 4 de enero como el Día Mundial del Braille. Desde ese momento se celebra la existencia del braille.

Este día que fue elegido por ser la fecha de nacimiento del pedagogo francés Louis Braille (4 de enero de 1809). El objetivo es lograr mayor conciencia sobre la importancia del braille como medio de comunicación para la plena realización de los derechos humanos de las personas ciegas y con deficiencia visual. Dicha relevancia es reiterada por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en su capítulo 2.

En cuanto al uso del braille no hay cifras oficiales que revelen su acceso o que den una idea del número de personas que lo usan, aunque sí se encuentra información del número de personas con discapacidad visual. En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que para 2050 serían 587,6 millones de personas con baja visión y 114,6 millones de personas ciegas en todo el mundo. A nivel nacional, el Censo 2018 señala que en Colombia 4,1 % de la población presenta discapacidad visual, es decir 1.948.332 de personas.

Pizarra, punzón y hoja de papel gruesa

El braille es un código alfabético de 63 caracteres, “que se compone de seis puntos en alto relieve, ordenados en una matriz de dos columnas por tres filas. Los puntos se enumeran del 1 al 6, de manera que la fila superior corresponde a los puntos 1 y 4, la fila del medio corresponde a los puntos 2 y 5 y la fila inferior corresponde a los puntos 3 y 6. Las letras, signos de puntuación, signos de expresión y demás códigos se forman mediante la combinación de estos seis puntos”, indica el documento Interactuando con el Braille del Instituto Nacional para Ciegos (INCI).

Tiene dos grados, el integral o grado 1 que se usa para referirse a palabras escritas letra por letra, y el braille estenográfico o grado 2 que es aquel usado para las abreviaciones. En este momento el alfabeto braille se ha adaptado a diferentes idiomas, en el caso del español, requirió incluir tildes y letras como la ‘ñ’.

El braille es el equivalente a la escritura manual o en tinta. Para usarlo se requiere de una pizarra o regleta, un punzón y una hoja de papel gruesa, aunque también se han creado tecnologías asociadas al braille que facilitan su escritura, como es el caso de la máquina de escribir braille, la impresora braille y la línea braille, esta última de gran importancia para las personas sordociegas.

La existencia del braille en escenarios cotidianos

Este sistema de escritura está presente en diferentes escenarios del día a día como los ascensores, el transporte masivo, los billetes y los sistemas de votación electoral, lo cual se intensificará con la reciente Ley 2265 de 2022.

“Esta ley adopta el sistema de lecto escritura braille en los empaques de los productos alimenticios, cosméticos, plaguicidas de uso domésticos, aseo, médicos y en servicios turísticos, así como en los sitios de carácter público”, explica Carlos Parra Dussán, director general del INCI. “Esto abrirá la posibilidad para que las personas ciegas o con baja visión puedan acceder a la información bien sea a través del braille, sistemas digitales o de aplicaciones”, agrega Parra.

Sin embargo, Jorge Andrés Colmenares Molina, antropólogo, magister en Economía y candidato a doctorado en Salud Pública, considera que es importante promover la enseñanza de este sistema de lectoescritura ya que no está democratizado, solo se puede aprender de manera particular o por medio de docentes de apoyo. También resalta la necesidad de contar con cifras sobre el acceso al braille.

Las nuevas tecnologías no reemplazan el braille

Con el desarrollo de tecnologías no asociadas al braille que apoyan a las personas ciegas, como los lectores de pantalla o los audiolibros, se puede pensar que ya no es necesario el braille, pero esto no es así.

Desde su experiencia en el uso del braille, Colmenares Molina, quien tiene 40 años de edad y es ciego desde los 2 años y medio, cuenta que este sistema de lectoescritura permite hacer cosas cotidianas como marcar los frascos de la cocina y saber qué hay en cada uno o hacer una nota urgente. Él, por ejemplo, tiene una gran colección de libros y CDs, que para identificarlos rápidamente marca sus caratulas con braille.

Aunque aclara que para algunas personas será más fácil usar el celular y para otras usar la regleta y escribir. “Con la cantidad de documentos que uno debe manejar en una oficina, se marca en braille para identificar el tipo de documentos, porque si solo uso el celular y el computador no tengo un manejo directo sobre todo ese material en físico. Entonces el braille da autonomía en la vida cotidiana”, dice el antropólogo.

También destaca la importancia de manejar simultáneamente el braille con los sistemas informáticos, ya que esto facilita el relacionamiento con el mundo. Igualmente señala que durante el aprendizaje del braille se afinan los sentidos, especialmente el tacto.

El director general del INCI agrega que el braille es relevante para el desarrollo de las personas con discapacidad visual porque les ayuda a potenciar más sus habilidades cognitivas. “Uno puede usar audiolibros, pero la estructura mental y la construcción de las palabras y de las frases no se da de la misma manera, por eso es tan importante leer y escribir permanentemente. Esto nos garantiza muchos derechos, como el acceso al conocimiento”, comenta.

Leydis, la maestra indígena que promueve el braille

Leydis Ramírez es licenciada en Lengua Castellana con énfasis en educación básica de la Universidad Distrital y ha tenido una misión muy importante: ejercer como tiflóloga en Putumayo y Cundinamarca. Eso significa que estudia las condiciones y las problemáticas que rodean a las personas con discapacidad visual para desarrollar soluciones que les permitan su plena inclusión educativa, social y cultural.

Ladys cuenta con la experiencia y los conocimientos suficientes para cumplir con dicha labor. Es indígena kubeo, en su lengua su nombre es Najori que significa luz, esperanza y sabiduría. Comenzó su escolaridad a los 9 años

en un instituto de Bogotá que era solo para estudiantes ciegos, en ese momento se enfrentó a varios retos: aprender español, aprender braille y adaptarse a otra cultura que implicó cambios en su forma de vestir. Recuerda que tuvo que acostumbrarse a usar zapatos.

Su proceso de aprendizaje del braille no fue fácil, pero lo logró. Dice que ha sido relevante para su desarrollo personal porque le ha permitido tener autonomía y adquirir nuevos conocimientos. Hoy ayuda a otras personas a comprenderlo y a familiarizarse con él.

“Es importante hacerles entender a los estudiantes que el braille es significativo para sus vidas y que es un medio de comunicación. Aprender braille es como aprender a leer y a escribir en tinta, tiene un proceso. El estudiante con discapacidad visual también debe vivir ese proceso de aprendizaje. Yo, por ejemplo, tomo apuntes en braille, eso me da autonomía. Les cuento esto a los estudiantes y les doy ejemplos reales y cotidianos para motivarlos y explicarles la importancia del braille”, concluye la maestra.