Geovani Meléndres nació sordo en una familia de oyentes y pese a los estigmas sociales ha salido adelante, tanto que hoy se destaca como uno de los líderes de la reivindicación de los derechos de la comunidad sorda.
En 2020 fue reconocido por la Presidencia de la República y el Departamento Administrativo de la Función Pública como el “Mejor servidor público” en la categoría nacional, por su compromiso con la comunidad sorda del país y su trabajo por fortalecer la relación del Estado con esta población.
Es profesional lingüista de la Universidad Nacional, título que también lo llena de satisfacción porque fue la primera persona sorda en obtenerlo de esta universidad, además cuenta con una maestría de la Universidad Distrital. Trabaja en el Instituto Nacional para Sordos (Insor) desde hace cerca de doce años, nueve de estos como profesional y los tres años recientes como asesor de la Dirección General.
Se siente orgulloso de su mamá, quien siempre creyó en él y no dejó que pesara el imaginario que existe de la imposibilidad de las personas sordas de integrarse y ser exitosas. Gracias a ella, dice, tuvo buenos procesos de vida.
Septiembre, mes de la comunidad sorda
De igual forma, resalta la importancia de septiembre para su comunidad, pues es el mes en el que se celebra a las personas sordas. En especial, la última semana que es la Semana Internacional de las Personas Sordas y el 23 de septiembre, el Día Internacional de las Lenguas de Señas, propuesto por la Federación Mundial de Sordos en 1951.
“Esta celebración se debe visibilizar porque es una forma de demostrar que sí se puede, que sí somos capaces, que esa lucha a través de los años ha traído resultados al día de hoy. En cuanto a las lenguas de señas, sabemos que no es una sola, es diferente dependiendo del país, pero la lengua de señas es visogestual y es lo que reconocemos en ese día tan importante que está muy ligado a nosotros”, afirma. Ver el especial ‘Septiembre, mes de las personas sordas’
A propósito de esta celebración, lo entrevistamos y nos habló sobre su vida y el reconocimiento que recibió. Recalcó que las personas pueden salir adelante independiente de su condición auditiva.
¿Es una persona sorda de nacimiento? Al inicio de su vida, ¿de qué manera se daba la comunicación con su familia?
Nací siendo una persona sorda, sorda profunda. En ese tiempo la situación fue complicada para mi familia porque era confuso tener un bebé sordo. Además, había, y aún hay, muchos imaginarios sociales al respecto.
Se piensa que la persona sorda no es capaz, que no puede progresar, se le dice ‘pobrecita’, se piensa que es alguien anormal, que no es igual a las demás. Sin embargo, mi mamá no accedió a esas opiniones, siempre supo que yo sí podía.
Gracias a mi mamá, se llama Janeth, a quien respeto mucho y le hago un reconocimiento, tuve buenos procesos de vida. Pude ingresar a la educación, que al comienzo fue oralizada, pero posteriormente cambié a una totalmente en lengua de señas, lo cual fue muy importante, de hecho, mi mamá aprendió lengua de señas para poderse comunicar conmigo.
Para mí también fue significativo ingresar en mi niñez en la comunidad sorda porque pude obtener esa identidad, progresar a lo largo de mi vida y tener un buen desarrollo. Ese es, precisamente, el contexto de la educación inclusiva.
Su mamá es oyente, ¿tiene familia sorda?
No. Todos en mi familia son oyentes, no es un factor genético. Mi mamá y mi papá no viven juntos, ellos se separaron desde que yo era muy pequeño, pero siempre con mi mamá hemos estado juntos, apoyándonos.
En 2020 fue reconocido como ‘Mejor servidor público’ en la categoría nacional por la Presidencia de la República y el Departamento Administrativo de la Función Pública por su compromiso con la comunidad sorda del país y su trabajo por fortalecer la relación del Estado con esta población, ¿qué hizo en concreto para tener este reconocimiento y cómo se sintió al obtenerlo?
El reconocimiento que otorgó la Presidencia de la República no es para mí, es para la comunidad sorda en general porque como mencioné se tiene una idea falsa de que las personas sordas no pueden y esto ayuda a cambiar este imaginario. Recibir este premio demuestra que las personas de la comunidad sorda sí pueden y visibiliza más el tema. Las personas realmente son capaces sin importar si son sordas o no.
En lo personal, como funcionario del Gobierno y trabajando para el Estado, estoy realizando un servicio para la comunidad sorda y para la comunidad en general. El reconocimiento muestra el cumplimiento que se viene dando de las normas y en satisfacer las necesidades de la comunidad.
Por ejemplo, el trabajo asociado a esta exaltación fue el diálogo permanente que se ha tenido a nivel nacional con la persona sorda. En tiempo de pandemia continuamos asistiendo y fortaleciendo a las diferentes organizaciones de la sociedad civil de personas sordas porque necesitamos que ellas mismas hagan incidencia en cuanto a temas legales de su propia gestión.
En la pandemia, en el Insor pasamos a una modalidad virtual, tuvimos que acoplarnos a la tecnología y estas nuevas herramientas, pero los resultados se ven y no fue solamente con una organización, sino también con las Secretarías de Educación con las que mantenemos comunicación constante, también con las instituciones educativas y colegios en donde estudian personas sordas, con los padres de familia de los estudiantes y con toda la comunidad educativa. Con todos ellos tuvimos ese relacionamiento. Por eso se obtuvo un buen resultado y posteriormente ese reconocimiento, demostrando que las personas sordas somos capaces y que sí se puede.
Además del reconocimiento mencionado, tiene otro: ser el primer Lingüista Sordo de la Universidad Nacional de Colombia ¿Cómo llegó a obtener este título con tantas barreras de acceso que hay para la educación para las personas sordas?
Le tengo un gran aprecio a la Universidad Nacional. Esta institución ha obtenido experiencia de inclusión con diferentes personas, pero en ese momento con las personas sordas no.
Yo fui la persona que llegó allí a tocar esa puerta e ingresé. No fue nada fácil, empezando por el examen de admisión que, por sus políticas y normas, fue complicado, pero lo hice y pasé. Fue un choque muy abrupto por este imaginario social, todos se angustiaban por esto.
Así que empezamos a asesorarnos para saber cómo realizar ese proceso, cómo acoplar y hacer ajustes para la formación de una persona sorda. Se tuvieron que haber cambios internos y una adaptación hasta que se logró mi graduación.
Después de esto, junto a la comunidad sorda, organizaciones y la Asociación de Sordos de Bogotá (SORDEBOG), de donde fui socio y presidente, lideramos este tema para ver cómo podíamos acceder a la educación en la universidad. Eso fue una doble experiencia, no solo en lo educativo, sino en cómo llevarlo a la práctica y así comprender estos procesos y alcanzarlos.
¿Qué retos tuvo que enfrentar en la universidad al ser el primer estudiante sordo?
Los profesores no sabían qué hacer; si hablar, si mostrar diapositivas o dibujos, pero cuando comprendieron la diferencia que tenía que haber, se cambiaron sus métodos. Por eso, lo primero que hay que hacer es comprender a la persona y su diversidad, y esto se hace cara a cara con la persona, no con lo que se dice de esta, sino tratándola directamente.
Después se necesitan metodologías, didácticas pedagógicas y diferentes actividades para podernos relacionar no solo con el profesor, sino con la comunidad educativa, los coordinadores, el sector administrativo, los estudiantes, de manera que el entorno sea accesible para uno y se pueda compartir con este. Todo esto, por supuesto, con el apoyo del intérprete para hacer la mediación de la lengua (la interpretación por sí misma no es suficiente).
Por ejemplo, en la biblioteca todo está en español, ¿dónde está la lengua de señas? El libro está en español, y la lengua de señas dónde está
Es importante realizar esos ajustes internos en la educación. Precisamente, tuve una experiencia con un profesor que no tenía ni idea de cómo era trabajar con una persona sorda, le fui explicando y luego él mismo empezó a investigar sobre el tema, sobre la lengua de señas, obviamente relacionado con el método de la lingüística y así empezó a relacionar todos estos puntos y se fueron dando esos cambios.
¿Cómo es vivir siendo una persona sorda?
Es interesante el tema de sujeto y cómo construye su identidad. Esto empieza desde el nacimiento que, aunque no se entiende lo que es la identidad, se va construyendo. Obviamente, hay un entorno y una cultura que influye y a medida que se va creciendo se evidencian las barreras.
Por ejemplo, la primera lengua de mi mamá es el español y yo soy sordo. En este caso, la comunicación era una barrera. Si es un bebé oyente la comunicación se da por medio oral y empieza con el balbuceo para aprender su idioma, pero si el niño es sordo ¿cómo se hace? El niño no tiene conciencia de eso y está en un contexto natural de adquisición, así que es importante que ese contexto básico lo tenga acorde con sus necesidades.
En mi caso fue algo tardío, a los 5 años tuve un contexto adecuado para mi adquisición. No entendía mucho del mundo, no entendía qué significaba ser una persona sorda, no sabía qué era eso, pero a medida que fui creciendo lo fui entendiendo y fui formando mi identidad. Es como si hubiera empezado a vivir en este mundo y a entenderlo, antes no entendía por qué yo era sordo y todos oyentes, parecía que yo era como el raro, pero cuando ingresé a la comunidad de personas sordas, donde vi a mis pares y vi que hablaban en lengua de señas y que sus experiencias significativas eran visuales, allí fue cuando empecé a reconocerme como persona y esa es la base para empezar a construir una identidad, que va ligado a la cultura y a su vez a la lengua de señas.
¿Qué decirles a otras personas sordas que seguramente en este momento ven en usted un referente para cumplir sus sueños?
Primero, que se deben reconocer a las personas sordas en su diferencia. Hay diferentes grupos: tenemos los grupos afro, étnicos, discapacidad, mujeres, diferentes grupos en su diversidad, todos capaces y deben de tener equidad.
Entonces es importante que la comunidad sorda pueda tener esto como su inspiración para formar su identidad, su cultura, su propio idioma y así poder tener un desarrollo completo.
Segundo, en mi historia mis logros han sido gracias a las antiguas personas sordas que lucharon día a tras día y nos dejaron ese legado. Yo no soy el primerio, anterior a mí hubo muchas personas que trabajaron sin agotarse para esto y lograron precisamente esto, diferentes líderes que debemos tomar como referentes.
No es solamente gracias a mí, sino a este ejemplo de muchas personas sordas líderes que han servido como inspiración para los niños y jóvenes y tener una formación y educación para la vida.
¿Usted tuvo algún referente en particular?
La lista de nombres es muy larga. En SORDEBOG hay personas desde sus inicios, los que fundaron esa asociación hasta el día de hoy, algunos ya han muerto, sus presidentes. Siempre tuve como referente a esas personas que tienen mucha experiencia. También en los colegios hay algunas personas adultas sordas en las que yo veía estos ejemplos como modelos lingüísticos o docentes sordos.
En la Federación de Sordos de Colombia (Fenascol) hay algunas personas, otras ligadas al Insor, tanto oyentes como sordas que son ejemplos que vale la pena imitar. De todos ellos he aprendido y les agradezco.
¿Cómo lograr verdaderas comunidades inclusivas para todos, como lo dice el lema de este año para la conmemoración de Mes Internacional de las Personas Sordas 2022: ‘Construyendo comunidades inclusivas para todos’?
El mes de septiembre es muy importante para la comunidad sorda y hay diferentes actividades que se desarrollan a nivel mundial para visibilizar y celebrar a la persona sorda.
La Federación Mundial de Sordos, desde que se originó, ha hecho año tras año la propuesta de realizar estas actividades y siempre se nos muestra una frase. Este año son dos. La frase para septiembre y en especial la última semana: “Construyendo comunidades inclusivas para todos”.
El lema para el 23 de septiembre, Día Internacional de las Lenguas de Señas, es: “La lengua de señas nos une”. Esas son las dos frases más importantes del mes que vamos a estar utilizando en septiembre y en la que vamos a desarrollar las actividades que hemos preparado.