Román, David y Mateo son tres artistas colombianos que han logrado demostrar que las barreras no están en la persona sino en el entorno, tal como lo señala la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Sus talentos y logros de vida demuestran que la discapacidad no es un obstáculo.
Román Luna es un ejemplo inspirador de ello. Pinta con la boca y con los pies y, además, hace parte del reducido grupo de personas con discapacidad que tiene formación profesional. Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ENCV) 2020 del DANE, solo 17 de cada 100 personas con discapacidad alcanzan la educación superior, lo que hace que el logro de Román sea aún más significativo y valioso.
Es egresado de una academia de arte y Licenciado en Artes Plásticas de una universidad de Bogotá, en donde estudió becado. Maneja todas las técnicas, pero su especialidad es el óleo y el arte abstracto.
“Quería alejarme de la figura humana y los paisajes tradicionales que venía pintando, buscaba algo más personal. Entonces me incliné por el impresionismo abstracto, influenciado por un artista norteamericano. Expreso mis sentimientos y emociones, pero influenciado por el artista Jackson Pollock y otros referentes”, dice este artista de 46 años.
Desde antes de perder sus dos brazos, a los 8 años, en un accidente en un trapiche, ya mostraba su gusto por el arte. Pintaba en las paredes de su casa y sobre cartón con carbón natural, un material fácil de conseguir en la vereda donde creció: Durania (Norte de Santander).
Después del accidente estaba perdiendo las esperanzas y no le encontraba sentido a su vida, sintió que el mundo se le venía encima y que sin sus brazos ya no sería útil como antes. Con el tiempo, gracias a una enfermera comenzó a intentar escribir con un lápiz en la boca y con disciplina fue logrando hacer las primeras líneas.
Persiguiendo los sueños
Con el apoyo de su familia y amigos comenzó a redescubrir el gusto por la vida, comprendiendo que su existencia tenía un gran valor y adaptándose a su nueva situación. En la escuela y el bachillerato fue víctima de bullying, pero destaca que fueron más las personas que lo apoyaron.
Su sueño siempre fue ser artista plástico, por eso comenzó con unos cursos en Cúcuta y con lecturas sobre grandes artistas. Luego, viajó a Bogotá en donde se encontró con muchas puertas cerradas. “Me decían: usted no va a poder pintar sin los brazos”, recuerda. Sin embargo, estaba convencido de que lo podía lograr y siguió insistiendo hasta que encontró puertas abiertas que le permitieron estudiar.
Actualmente, hace parte de la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie que proporciona ayuda a sus integrantes, y a la vez un entorno artístico y cultural, en el que cada artista puede explorar y desarrollar sus habilidades de forma individual. Allí muchas de sus obras han sido elegidas para hacer tarjetas, calendarios y otros productos de la asociación.
“Cuando uno quiere salir adelante debe buscar los medios para hacerlo. Tenemos un gran potencial, pero tenemos que desarrollarlo. Podemos lograr nuestros propósitos de vida, pero tenemos que esforzarnos en lo que nos apasiona para poder ser felices y, sobre todo, ser feliz con lo que se tiene, no con lo que hace falta”, dice.
Un artista de Medellín
David Escobar, un joven de 24 años de Medellín con síndrome de Down, es otro claro ejemplo de las capacidades excepcionales de las personas con discapacidad. Pinta cerámica y esta es solo una expresión de su creatividad. Sus obras, como él mismo dice, son “un David, pintadas por un artista especial”, así como las célebres obras de Leonardo Da Vinci que se definen como ‘Un Da Vinci’.
No solo es un talentoso pintor de cerámica, sino que también es un amante del baile, dominando ritmos como salsa, tango y milonga, y ha tenido el honor de bailar en escenarios reconocidos de Cali y Medellín. Además, su destreza en la natación lo ha llevado a ganar dos medallas de oro y dos de plata.
El talento de David por la pintura en cerámica lo descubrió de la mano de la profesora Lucy, a quien Ricardo Escobar, su papá, así como él, aprecian mucho. “Convencí al papá para que lo trajera a pintar, y no sabíamos que pintaba tan bien. Él es un verdadero artista, tiene un potencial enorme”, comenta la profesora, quien no ha dudado del talento del joven. Recuerda que una vez salieron a vender sus obras y fue David quien más vendió.
Ricardo Escobar, su padre, comenta que, para fomentar la autonomía de su hijo, le permitía ir solo desde su casa hasta el taller de la profesora Lucy, ya que el lugar quedaba cerca. Cuando David regresaba a la casa ya había vendido en los almacenes de camino las cerámicas que había pintado durante la clase. “Pinto hace cuatro años cerámica y me gusta mucho”, dice este artista de pocas palabras.
Barreras económicas y de inclusión laboral
David ha desarrollado varias líneas de arte, entre ellas religiosa, decorativa e hindú, cada una con su toque personal y creativo. Tiene capacidad para generar ideas originales, que ahora busca compartir con el mundo deportivo, pero está en busca de oportunidades para dar a conocer mucho más su talento y tener sus propios ingresos económicos.
Justamente, en ese punto están algunas de las barreras que tienen las personas con discapacidad. En 2017, el diseñador de modas bogotano Mateo Barón decidió explorar su propio camino laboral creando su propia marca, con su nombre, la cual está basada en su historia de vida.
Esta marca de ropa tiene la misión de vestir a las personas con discapacidad y mejorar su calidad de vida. Es ropa funcional pensada para personas con discapacidad física y sus familias o cuidadores.
Mateo tiene 29 años y debido a unas complicaciones durante el parto nació con hemiparesia del lado izquierdo (condición neurológica que dificulta el movimiento de una mitad del cuerpo) y una discapacidad cognitiva leve.
Una marca con cinco años
En 2013 terminó sus estudios como bachiller y en 2014 comenzó a tocar puertas para lograr su sueño de ser diseñador de modas; sin embargo, las universidades no tenían programas adaptados a sus necesidades y las respuestas no fueron favorables. Entonces acudió a una tutoría personalizada y terminó su formación en 2017. Más tarde se enfrentó al reto laboral y es allí donde surgió la idea de crear su propia marca, que es ropa urbana que reemplaza las cremalleras por imanes y tiene otros ajustes para que sea más fácil ponérsela.
“En 2019 lancé mi marca y participé en la pasarela ‘El alma no tiene color’ que lidera la modelo Belky Arizala. Estaban buscando un diseñador revelador y fui elegido. Los clientes se sorprenden porque dicen que este tipo de ropa no era visible”, dice. Ahora sigue trabajando por dar a conocer su marca.
Román, David y Mateo están derribando mitos y demostrando que la creatividad no tiene fronteras. Grandes artistas de la historia como Andrea Bocelli, músico y cantante ciego italiano; Ludwig van Beethoven, compositor sordo, y Frida Kahlo, quien sufrió las secuelas de la poliomielitis en su pierna derecha, son ejemplos de las capacidades excepcionales, así como las de estos tres artistas colombianos.
Qué dicen las cifras
El informe del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y Alianza EFI, ‘Mercado laboral de las personas en condición de discapacidad’, reveló que las personas con discapacidad recibieron durante 2022 un ingreso promedio mensual de 796.870 pesos, mientras que quienes no cuentan con ningún tipo de discapacidad obtuvieron un ingreso promedio mensual de 1.159.035 pesos.
Con respecto a la participación laboral de las personas con discapacidad la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) dice que durante el trimestre julio – septiembre de 2024, la tasa global de participación de la población con discapacidad fue 22,8%, mientras que para la población sin discapacidad fue 66,3%, lo que significa una diferencia negativa de 43,6 puntos porcentuales (p.p.) entre ambas poblaciones.
Leer nota ‘Hacia experiencias diversas centradas en personas mayores y personas con discapacidad en el sector financiero’ dando clic aquí