El marco jurídico en Colombia establece condiciones para garantizar la accesibilidad digital; sin embargo, la brecha sigue siendo evidente. Urge en todos los territorios implementar el diseño universal y la accesibilidad tecnológica en los entornos digitales. ¿Cómo hacerlo?
La pandemia del covid-19 dejó claro que los entornos digitales materializan los derechos de las personas. Son las vías de comunicación a través de las cuales se ofrecen bienes y servicios a los ciudadanos, por tanto, la información que allí se da debe ser accesible a todas las personas.
“Esto tiene unas implicaciones enormes frente a la brecha digital. Especialmente en algunas poblaciones como las personas con discapacidad que ya venían rezagadas en el uso, apropiación y acceso a lo digital. Por ello, hay que pensar en la creación de escenarios digitales, accesibles que partan del diseño universal y que busquen conectar a todos a los mismos bienes y servicios”, afirma Iván Darío Gómez, líder de Entornos Digitales de la Fundación Saldarriaga Concha.
La brecha que menciona Gómez se ve claramente al revisar datos como el que contempla el Documento del Departamento de Planeación Evaluación de Resultados de la Política Nacional de Discapacidad (PPDIS), 2020, solo 45,9% de las personas con discapacidad encuestadas tenía acceso a dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras o grabadoras de sonido y video. El grupo de encuestados fue seleccionado de una muestra de personas con discapacidad inscritas en el Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD).
“Hay un problema de base y es que si bien existen grandes avances tecnológicos aún siguen siendo escasos los conocimientos específicos y particulares del sector productivo en el tema de las soluciones de tecnología o ajustes razonables que se deben aplicar a los entornos digitales. Son pocas las organizaciones que priorizan el diseño universal”, explica Gómez.
En Colombia el marco jurídico tiene una normatividad suficiente para que se atienda y se ofrezcan los servicios a las personas con discapacidad. Están planteados los términos de acceso no solo de conectividad sino de dispositivos e incluso se indica que se deben facilitar los apoyos tecnológicos necesarios para el acceso a los entornos digitales.
Por ejemplo, están la Ley 1341 de 2009, que ordena a las entidades del orden nacional y territorial promover, coordinar y ejecutar planes, programas y proyectos tendientes a garantizar el acceso y uso de la población, las empresas y las entidades públicas a las tecnologías de la información y las comunicaciones; la Ley 1618 de 2013, que garantiza y asesora el ejercicio efectivo de los derechos de las personas con discapacidad, mediante la adopción de medidas de inclusión, acción afirmativa y ajustes razonables; la Resolución 1519 de 2020, que define los requisitos en materia de acceso a la información pública, accesibilidad web, seguridad digital y datos abiertos, y la Resolución 1239 de 2022, que dicta disposiciones en relación con el procedimiento de certificación de discapacidad y el Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad.
Es decir, las condiciones jurídicas están dadas para garantizar la accesibilidad digital, el uso de tecnologías y los apoyos para que las personas con discapacidad tengan acceso a toda la información y servicios de las páginas web y las redes sociales en municipios, ciudades y departamentos.
De allí surge Territorios Inclusivos, estrategia liderada por la Fundación Saldarriaga Concha y operada por Colombia Líder, que nació en 2023 con el fin de ofrecer asistencia técnica y acompañar a los departamentos y municipios de Colombia en la transformación de sus agendas públicas para que pongan en el centro de sus acciones la inclusión de las personas con discapacidad.
“Un territorio inclusivo reconoce a todos sus habitantes para crear una agenda pertinente donde todos puedan participar”, expresó Soraya Montoya, directora Ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha, durante el lanzamiento de la estrategia que se realizó en septiembre de 2024.
Uno de los frentes de acción es la accesibilidad digital. La propuesta es un trabajo en conjunto de entidades públicas y privadas para que en cada territorio se visibilicen las necesidades de las personas con discapacidad y se implementen acciones que permitan el acceso digital, así este deja de ser un privilegio de unos pocos.
En el caso de Bogotá, por ejemplo, se están rediseñando los servicios de la Secretaría para Jóvenes con enfoque diferencial de discapacidad. “También se está haciendo un estudio de accesibilidad, no solamente en términos de accesibilidad física y comunicativa, sino de accesibilidad digital. Nos están revisando y evaluando nuestra página, nuestros canales de comunicación digitales y demás”, cuenta Tatiana Forero, asesora de la Subdirección de Subdirección de Discapacidad de la Secretaría de Integración Social de Bogotá.
Uno de los frentes de acción es la accesibilidad digital. La propuesta es un trabajo en conjunto de entidades públicas y privadas para que en cada territorio se visibilicen las necesidades de las personas con discapacidad y se implementen acciones que permitan el acceso digital, así este deja de ser un privilegio de unos pocos.
En el caso de Bogotá, por ejemplo, se están rediseñando los servicios de la Secretaría para Jóvenes con enfoque diferencial de discapacidad. “También se está haciendo un estudio de accesibilidad, no solamente en términos de accesibilidad física y comunicativa, sino de accesibilidad digital. Nos están revisando y evaluando nuestra página, nuestros canales de comunicación digitales y demás”, cuenta Tatiana Forero, asesora de la Subdirección de Subdirección de Discapacidad de la Secretaría de Integración Social de Bogotá.
La estrategia llegará a las 32 gobernaciones y las 32 alcaldías de ciudades capitales a través de un acompañamiento presencial y virtual.
El acompañamiento permitirá hacer un ejercicio de valoración de capacidades en gestión inclusiva en discapacidad, identificando las acciones que están adelantando y los retos que se están presentando en los entornos departamental o municipal, familiar, educativo, salud, productivo y digital.
Esta identificación permitirá establecer hojas de rutas para que, a partir de reconocer y poner a la persona con discapacidad en el centro, los territorios sean cada vez más inclusivos y garanticen una oferta acorde a las características de la población.
¿Cómo ser un territorio inclusivo?
Para cumplir con la normatividad y el imperativo de garantizar los derechos a todas las personas, los territorios para ser inclusivos deben seguir los siguientes principios de la accesibilidad digital:
1. Perceptible: la información debe ser visible o escuchada por todas las personas, para ello:
- Texto alternativo: contiene descripciones en imágenes, videos y otros elementos visuales para que las personas con discapacidad visual puedan entender el contenido.
- Contenido visible: la información y los elementos de la página web son visibles o son escuchados por todos.
- Adaptabilidad: la página web es flexible, lo que significa que puede ajustarse a diferentes necesidades, como cambiar el tamaño del texto o adaptarse a distintas pantallas.
- Elementos importantes destacados: la lectura o audición se puede facilitar destacando los elementos más relevantes, usando subtítulos en videos y texto en audios.
2. Operable: todas las personas pueden interactuar con el contenido sin dificultades. Para ello:
- Acceso por teclado: la página se puede navegar solo con el teclado y sin necesidad de usar el mouse.
- Tiempo suficiente: debe haber el tiempo para que las personas usuarias puedan leer y usar el contenido. Por tanto, se debe evitar que las sesiones expiren demasiado rápido o que los contenidos se cierren de inmediato.
- No contenido que cause convulsiones o situaciones de estrés: hay que reducir o eliminar contenido que parpadee o cambie rápidamente, ya que puede ser peligroso para quienes tienen epilepsia.
- Navegación clara: se debe facilitar la navegación creando un sistema sencillo y consistente que permita a las personas orientarse y moverse por la página sin dificultad.
3. Comprensible: el contenido es claro y fácil de entender. Para ello:
- Lenguaje simple: es importante usar un lenguaje directo, en ese sentido se deben evitar términos técnicos o complejos cuando no son necesarios.
- Predecible: las acciones y los resultados de la página web se deben prever; por ejemplo, que los botones hagan siempre lo mismo y no generen resultados inesperados.
- Ayuda para evitar errores: es conveniente ofrecer ayudas y sugerencias para que las personas usuarias puedan corregir fácilmente errores en formularios y otras interacciones.
4. Robusto
- Compatibilidad: para que el contenido funcione bien con diferentes navegadores de internet y productos de apoyo debe contar con lectores o magnificadores de pantalla. Debe mantenerse accesible en la medida en que la tecnología avanza.
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