Nuevas Oportunidades: Tres historias de Educación +60
23 enero, 2025

Mujer y hombre mayor leyendo para ilustrar la nota Educación +60.

Orgullo y alegría son algunas de las palabras que mencionan las personas que han tenido la oportunidad de continuar su formación después de los 60 años (60+). Ellas corroboran con su experiencia que la educación es un proceso a lo largo de la vida porque les ha brindado la posibilidad de seguir reconociendo sus habilidades y capacidades.

Un asunto de seguramente gran relevancia a propósito del Día Internacional de la Educación, que se celebra cada 24 de enero, por disposición de la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Unesco. En este sentido, compartimos tres experiencias que promueven la educación y la formación en las personas mayores.

Historias en Yo Mayor

Por la Escuela Historias en Yo Mayor, creada por las fundaciones Saldarriaga Concha y Fahrenheit 451, han transitado aproximadamente 35.500 personas mayores de 60 años, provenientes de 21 departamentos de Colombia y ocho países. Al conversar con algunas de ellas se nota un sentimiento común: satisfacción, tanto que muchas quisieran volver. Así lo dice Elzbieta Bochno Hernández de 63 años, quien participó en la última versión de 2024. “Volvería ocho mil veces. Todas las veces que se pueda volvería”.

Ella tiene doble nacionalidad: polaca y colombiana, por eso se autodenomina la ‘polombiana’. Su experiencia fue una oportunidad para fortalecer el contacto con otras personas de manera virtual y conocer las historias de infancia de personas de diversas zonas de Colombia y demás países latinoamericanos. Gracias a esta vivencia superó el miedo a contar sus propias historias. Además, recuerda con gusto el momento en que escuchó uno de sus escritos narrado por un compañero de curso.

En esta última cohorte que, como es tradición, tiene una duración de siete semanas, se conformaron 12 grupos de personas con edades entre 60 y 81 años de Colombia y también de Venezuela, Ecuador y Perú. Un total de 175 personas se graduaron.

Elzbieta Bochno Hernández, ex participante de la Escuela Virtual Historias en Yo Mayor, leyendo un libro.

Esta escuela nació en 2020 con el objetivo de enseñar a las personas mayores a explorar su creatividad y a contar y compartir sus historias de vida. Para lograrlo, se organizan reuniones semanales que incluyen talleres, conversatorios, clubes de lectura y cartillas académicas.

“Cada semana los participantes encuentran una línea temática diferente, conversatorios en vivo con autores reconocidos, aulas virtuales, una franja de radiocuento, clubes de lectura y pódcasts. Quienes cumplan con cinco de las siete semanas del curso son certificados por Historias en Yo Mayor”, señala Mauricio Díaz, coordinador del proyecto. Además, al finalizar el proceso, se publica un libro virtual antológico de distribución gratuita que reúne algunas de las mejores historias recopiladas durante las siete semanas de trabajo.

Jesús Josué Díaz Prieto, ex participante de la Escuela Virtual Historias en Yo Mayor, leyendo un poema.

Jesús Josué Díaz Prieto, de 66 años, y María Teresa Solano Corredor, de 76 años, también hicieron parte de esta cohorte. Uno de los textos de Jesús comienza así:

“Una semana llevábamos navegando después de haber zarpado del puerto de Acapulco, dejábamos a babor la isla Socorro a un poco más de 15 millas, y el buque transitaba rumbo a San Diego, inesperadamente fue invadido por una gran cantidad de pájaros, unos similares a los gorriones, otros se asemejaban a las golondrinas, volaban veloces entre la jarcia, se perdían tras la velas y volvían aparecer de nuevo posados sobre las regalas o los cabrestantes, este acontecimiento rompió la rutina de la navegación y nos contagiamos de esa alegría…”

Jesús pasó años en la Marina (la Armada) y sus historias son innumerables. Una de ellas la narra en este cuento. Se inscribió en la escuela porque le gusta escribir relatos cortos, poesía y leer. Vio en esta una gran oportunidad para intercambiar conocimientos y compartir algunos de sus escritos. “Cada semana proponían un tema que siempre era una sorpresa. Muchas de mis experiencias las escribí y las leí durante el curso”, recuerda.

Para María Teresa, la experiencia fue increíble. Con orgullo cuenta que durante las siete semanas no escribió siete sino catorce historias, las cuales fueron leídas por su profesor, quien le dio valiosos consejos para mejorarlas. Además, recibió elogios por sus escritos, lo que la llenó de felicidad.

 

“Aprendí muchas cosas: aprendí sobre las historias, sobre la idiosincrasia del pueblo colombiano, sobre la ruralidad. Escuché historias bellas, tristes, trágicas, simpáticas… En fin, muchas cosas que me enseñaron”, dice.

María Teresa Solano Corredor, ex participante de la Escuela Virtual Historias en Yo Mayor.

Alfabetización múltiple

Además de la Escuela Virtual Historias en Yo Mayor, la Fundación Saldarriaga Concha ha desarrollado la metodología de alfabetización múltiple para personas mayores denominada ‘Saberes Mayores’, la cual surgió de la necesidad de alfabetizar a un grupo de personas mayores.

Cifras de Misión Colombia Envejece: una investigación viva muestran que 8,4% de las personas entre 60 y 64 años reportan no haber alcanzado ningún nivel de escolaridad, mientras que el porcentaje para la población de más de 85 años llega a 26,2%.

Grupo de personas mayores aprendiendo a leer y a escribir como parte del plan piloto de 'Saberes Mayores' en Sibaté, Cundinamarca.

La metodología se probó en 2023 mediante un piloto en el municipio de Sibaté, Cundinamarca. Allí participaron 71 personas mayores de 60 años, residentes de los barrios La Paz (32) y Pablo Neruda (25) y la vereda Bradamonte (14), que no sabían leer ni escribir.

“El propósito del piloto fue fortalecer los saberes previos de estas personas mayores y contextualizarlos dentro del proceso de alfabetización. No se trata de alfabetizar de manera tradicional, sino de partir de sus conocimientos y experiencias para avanzar en su proceso de lectoescritura”, explica Mercedes Maldonado Tenzano, coordinadora del Programa Municipal de Sibaté de Atención Integral a la Persona Mayor.

Esto quiere decir que las clases partían de los conocimientos de cocina o de productos autóctonos de las personas mayores y luego se asociaban con el aprendizaje del alfabeto, por ejemplo.

El piloto dejó experiencias positivas en los participantes, como lo dice Miriam de 68 años de edad: “Antes me decían qué hacer. Ahora quiero aprender para saber vivir feliz”.

Tras este piloto, el objetivo es fortalecer la metodología y adaptarla a los diversos territorios de Colombia, así como de América Latina y el Caribe. Para conseguirlo, la Fundación Saldarriaga Concha ha establecido un acuerdo con el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), con el compromiso de promover la educación y la alfabetización de las personas mayores en la región.

“A nivel mundial, se ha reconocido la necesidad del aprendizaje a lo largo de la vida. La educación de las personas mayores no solo es un derecho, sino también una prioridad, ya que trae consigo numerosos beneficios, tanto a nivel cognitivo como social y emocional. Por eso, es un aspecto fundamental que debemos tener en cuenta”, dice Claudia Patricia Giraldo, consultora de la fundación.

Rosario Senior University

Hace cinco años, la Universidad del Rosario creó Rosario Senior University, una iniciativa pensada para responder al envejecimiento de la población a nivel mundial, la longevidad y la experiencia de las personas que al jubilarse aún conservan una gran vitalidad para seguir trabajando, emprender y aprender. Allí se han formado personas entre 53 y 93 años de edad en diferentes temas.

Nury Pinzón, de 68 años, ha vivido la experiencia en dos ocasiones. “Es fundamental seguir aprendiendo y mantenerse activo, tanto física como mentalmente, además de compartir con personas que tienen más conocimientos que uno”, dice sobre la importancia de aprender a lo largo de la vida.

Ha participado en un seminario sobre envejecimiento activo y en otro sobre construcción de historias literarias. El primer curso que tomó resultó ser de gran ayuda, pues desde su niñez había sentido temor de llegar a la vejez, pero esta experiencia le permitió comprender mejor la manera de tener una vejez saludable.

Para ella, ingresar a la Rosario Senior University tiene un significado profundo, ya que en el pasado no pudo cumplir el sueño de ir a la universidad y de estudiar Ciencias Políticas.

Angélica Duque, directora de Educación Continua de la Universidad del Rosario, explica que la universidad tuvo en cuenta que el envejecimiento de la población y su longevidad, tanto en Colombia como en el mundo, llevan a que las personas mayores extiendan su vida útil más allá de lo esperado y por ello es necesario abrirles oportunidades para seguir estudiando y emprender.  Por eso, Rosario Senior University se centra en cinco líneas:

  • Aprendizaje para la vida: cursos y seminarios para actualizar y cerrar brechas de conocimiento en diferentes temas como emprendimiento, finanzas, jardinería, yoga y otros.
  • Productividad: promueve el emprendimiento aprovechando la gran experiencia de las personas mayores, esta línea forma en temas de consultoría.
  • Vive la UR: los laboratorios y servicios de bienestar de la Universidad del Rosario se extienden a los estudiantes de Rosario Senior University, propiciando espacios incluyentes, diversos y multigeneracionales.
  • Investigación: por medio del Instituto Rosarista para el Estudio del Envejecimiento y la Longevidad (IREEL) y el Observatorio de Emprendimiento y Empleabilidad del Adulto Mayor (en alianza con Porvenir S.A.) se están haciendo esfuerzos para crear conocimiento entorno a las personas mayores.
  • Consultoría: desarrollo de soluciones a la medida para mejorar el bienestar de las personas mayores en alianza con otras instituciones.

A través de estos tres ejemplos, queda claro que la educación es un tesoro invaluable en cada etapa de la vida, y que para quienes han recorrido diversas trayectorias, adquiere un sentido profundo: el de seguir aprendiendo con otros, reencontrarse con sus sueños, compartir su legado y demostrar que siempre es posible escribir nuevos capítulos llenos de propósito y esperanza.

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