Según diferentes estudios, las relaciones interpersonales y los amigos durante la vejez ayudan a mantener la salud física y mental de las personas mayores.
Varias investigaciones a nivel mundial permiten ver una asociación positiva entre las relaciones sociales de las personas mayores y mejores mantenimientos de condiciones físicas y cognitivas.
Al mismo tiempo, otras investigaciones han demostrado que los mayores que sufren soledad, aislamiento social o que no tienen una red de apoyo fuerte son más propensos a tener una muerte prematura y a sufrir más enfermedades.
En Colombia se han desarrollado algunos estudios que comprueban los hallazgos internacionales.
Por ejemplo, la Fundación Saldarriaga Concha está desarrollando un “modelo de cuidado con enfoque de envejecimiento activo” en el cual, personas mayores que han participado han tenido resultados muy positivos, como el mantenimiento o incluso el mejoramiento de sus habilidades cognitivas y su independencia para realizar actividades de la vida diaria.
Este modelo incluye diferentes actividades de recreación, productividad y autocuidado; pero uno de los énfasis más importantes está en promover la autonomía de las personas mayores y en sensibilizar a sus redes de apoyo (familias, cuidadores y vecinos) sobre la forma cómo deben relacionarse con las personas mayores.
Los participantes del “modelo de cuidado con enfoque de envejecimiento activo” manifestaron que después de pasar por el programa “ se sienten más reconocidos dentro de los espacios sociales en los cuales participan y que viven más tranquilos pues aprendieron nuevas formas de comunicarse y de afrontar los conflictos que viven a diario en sus viviendas”.
La otra cara de la moneda es el deterioro de las condiciones de las personas mayores debido a la soledad y al aislamiento.
Según el estudio Relaciones sociales y utilización de la atención médica de adultos mayores: una revisión sistemática[1], “existe una asociación entre relaciones sociales más débiles y mayores tasas de reingreso al hospital (el 75% de los estudios de alta calidad informaron evidencia de una asociación en la misma dirección). De igual manera, las redes sociales más pequeñas se asociaron con estancias hospitalarias más largas. Cuando consideramos el apoyo social recibido y percibido por separado, no estaban vinculados al uso de la atención médica”.
Según la doctora Lina María González, líder de Salud y Bienestar de la Saldarriaga, es importante que como país veamos las ventajas de generar espacios de interacción para las personas mayores y de los costos en salud y cuidado que genera el aislarlos socialmente y no aprovechar todo el potencial que ellos tienen para aportarle a nuestra sociedad.
González asegura que se puede evidenciar que las personas mayores en Colombia tienen grandes capacidades sociales, de las que todos los ciudadanos deberíamos aprender. Por ejemplo, en el “Barómetro de Capital Social 2018”, apoyado por la Saldarriaga, se puede ver que esta población participa de manera más activa en actividades comunitarias y políticas como votar, y que confían más en las instituciones y en los medios de comunicación que las personas de otros grupos de edad.
Estos resultados demuestran que las personas mayores son fundamentales para generar capital social en nuestro país y que promoviendo los espacios intergeneracionales, los viejos pueden ayudar a construir un tejido social importante, al mismo tiempo que mejoran su calidad de vida.
No es tanto la cantidad, como la calidad
Según la psicóloga Sara Honn Qualls, de la Universidad de Colorado, “aunque los adultos mayores experimentan cierta reducción en el tamaño de sus redes a medida que envejecen, el tamaño de su red cercana tiende a permanecer relativamente estable. Las pérdidas sociales ocurren con mayor frecuencia en la vejez avanzada, pero la mayoría de los adultos mayores se adaptan relativamente bien a esas pérdidas. De hecho, la satisfacción con las relaciones aumenta con la edad, incluidos niveles más altos de afecto positivo con amigos y familiares, y un mejor equilibrio de afecto positivo a negativo en comparación con los adultos más jóvenes. La teoría de la selectividad socioemocional de Carstensen afirma que los adultos mayores responden a su conciencia de los años venideros reducidos mediante la poda selectiva de las redes sociales, con el objetivo de mantener solo aquellas relaciones que apoyan el bienestar emocional”.
Esto evidencia que las personas mayores, además de tener las mismas habilidades sociales que las personas más jóvenes, logran tener relaciones de mejor calidad.
El estudio liderado por la profesora Karen Fingerman de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, identificó diferentes factores que indican que, pese a que “las habilidades cognitivas decaen como consecuencia de la edad, las relaciones personales resultan más satisfactorias”.
Según Fingerman, las personas mayores tienen la capacidad de realizar regulaciones sociales que al final les permiten tener mejores relaciones con personas de su misma edad y de otros grupos etarios.
“En un artículo publicado en la revista Current Directions in Psychological Science, Fingerman y sus colaboradores explican que, por una parte, “cuando los adultos de cualquier edad encuentran cierta tensión en su relación con adultos mayores, tratan de minimizar esa tensión para facilitar experiencias positivas con ellos”, señaló la doctora en Epidemiología y Bioestadística jubilada María Victoria Zunzunegui, al portal 65ymas.com.
Zunzunegui también rescata otros apartes del estudio realizado por Fingerman y asegura que los jóvenes cuidan su comportamiento a la hora de interactuar con una persona mayor, al igual que los viejos se comportan diferente cuando actúan con sus pares o con personas menores.
“Ambos grupos de personas actúan, por tanto, adaptando su comportamiento en función de los estereotipos existentes: los jóvenes creen que deben ser más pacientes con una persona mayor que con una joven, porque los ancianos “ya no pueden cambiar ni se debe intentar cambiarlos”, mientras que los mayores esperan de los jóvenes reacciones más “agresivas” que, de otras personas mayores, y actúan en consecuencia”, señale el estudio.
Es indudable entonces que fortalecer las redes sociales de las personas mayores ayuda a mejorar su calidad de vida y al mismo tiempo genera tejido social. Como estrategias de fortalecimiento de las relaciones, la doctora Lina González plantea diferentes alternativas como propiciar el diálogo intergeneracional, donde las personas de diferentes grupos de edad que en la vida cotidiana es improbable que se encuentren, puedan tener la oportunidad de ver al otro, encontrar diferencias y similitudes y adquirir competencias sociales de otros.
Estos diálogos intergeneracionales se pueden dar alrededor de diferentes temas, como la tecnología, la narración de historias o actividades comunitarias.
[1]
2018. Nicole K. Valtorta, PhD, Danielle Collingridge Moore,
MSc, Lynn Barron, PhD, Daniel Stow, MSc, and Barbara Hanratty, MD. Older Adults’ Social Relationships and Health
Care Utilization: A Systematic Review. https://ajph.aphapublications.org/doi/10.2105/AJPH.2017.304256