La Encuesta Longitudinal sobre Envejecimiento en Colombia (EnEC) o Colombian study of Aging (COSA), en inglés, es el nombre del estudio que se hará en el país para comprender cómo envejecen las personas a lo largo del tiempo y si su bienestar responde a cambios en el ambiente, políticas públicas o condiciones socioeconómicas o biológicas.
Así lo explica Jennifer Ailshire, investigadora principal, quien considera que será una herramienta importante para la toma de decisiones. “Esperamos que la encuesta longitudinal se convierta en un instrumento para investigadores, gobierno y otros actores políticos en el desarrollo de mejores políticas públicas, que permitan enfrentar los desafíos del envejecimiento para el sistema de salud, el sistema de pensiones y el bienestar social” dice.
Esta investigación es un proyecto de la Universidad del Sur de California (USC) en el que participan varias organizaciones, entre ellas la Fundación Saldarriaga Concha como asesora nacional del estudio.
El equipo interdisciplinario y transnacional incluye expertos en geriatría, demografía, economía, psicología, epidemiología y ciencias sociales. Sus líderes son Jennifer Ailshire, de la USC; Carlos Cano, de la Pontificia Universidad Javeriana, y Mauricio Avendaño de la Universidad de Lausanne / Universidad de Harvard. Los líderes están trabajando de la mano con un equipo de co-investigadores de la USC, de la Pontificia Universidad Javeriana, de la Universidad del Rosario y de la Universidad ICESI.
Investigación global para responder a desafíos del envejecimiento
Esta será la primera encuesta longitudinal de envejecimiento que se va a hacer en el país. La USC ha aplicado la encuesta en diferentes países del mundo como respuesta al fenómeno del envejecimiento que se está presentando a nivel global y del cual nuestro país no escapa. Según el Ministerio de Salud y Protección Social, entre 1985 y 2020 la proporción de adultos mayores pasó de 6,9 % a 13,8 %, y se evidencia que la población seguirá envejeciendo hasta alcanzar una proporción superior a 16 % para 2030.
El estudio formará parte de las encuestas globales longitudinales de envejecimiento, lo que quiere decir que permitirá comparar el proceso de envejecimiento en diferentes países con diferentes marcos institucionales, historias, factores ambientales y situaciones políticas, económicas y sociales. “La EnEC o COSA brindará nuevas luces sobre cómo el envejecimiento varía en el contexto colombiano, ya que presenta especial atención a temas como informalidad laboral, violencia, desplazamiento, cobertura en salud, conexiones sociales y cambios biológicos asociados con el envejecimiento, entre muchos otros”, agrega Ailshire.
700 hogares en el piloto
En este momento se está diseñando la prueba piloto y se espera que sea aplicada este año. Específicamente se está finalizando la construcción del instrumento que incluye un cuestionario interdisciplinario, exámenes clínicos y biomarcadores. Además, se espera la aprobación del comité de ética de la USC.
El piloto se aplicará en áreas rurales y urbanas, con énfasis en las principales ciudades para la muestra urbana. “La idea es rastrear 700 hogares en donde vivan personas mayores de 50 años. Al ser un estudio amplio no se queda solo en la pregunta, sino que también se harán muestras de sangre de los participantes para hacer registros de ADN”, señala Camila Andrea Castellanos, coordinadora de Programas de la Fundación Saldarriaga Concha.
Una vez finalizado el piloto, el objetivo es diseñar un estudio mayor, en una muestra representativa del territorio nacional. Castellanos señala que esto es importante para el país porque en este momento Colombia rastrea diferentes temas, incluidos los de vejez, por medio de encuestas trasversales.
“Es decir que se hace una muestra en un único momento de la vida, se hacen preguntas y sobre esto se sacan conclusiones. Con las encuestas longitudinales se hace seguimiento al mismo grupo de personas durante un tiempo determinado; en este caso, años. Se pueden hacer dos o tres tomas: cada año y medio o dos años. En otras palabras, se monitorea a la misma persona o grupo de personas por al menos cinco años”, señala Castellanos.