Cómo aprenden las personas mayores
27 marzo, 2020

¿Cómo aprenden las personas mayores? contrario a la creencia que se tiene, las personas mayores pueden estudiar y les trae beneficios. Estudiar en la vejez, es una forma de acercarse a otras generaciones y generar lazos de confianza para combatir estereotipos y disminuir la discriminación por motivos de edad.

María del Carmen Gil se encontraba escuchando un programa de radio cuando una cuña llamó su atención: becas para personas mayores que quisieran estudiar sistemas.

Interesada por actualizar sus conocimientos en informática, esta ingeniera de sistemas de 67 años llamó al instituto y se inscribió. “Llevaba cinco años en un tratamiento médico que me hizo dejar en pausa muchas cosas en mi vida. Era el momento de retomar”, cuenta.

Algunos de los cursos por los que pasó María del Carmen fueron informática básica, diseño gráfico y mantenimiento de computadores, hasta que sus conocimientos la llevaron al siguiente nivel y pasó de ser estudiante a profesora.

“Ahora formo parte del inventario del instituto”, dice ella entre risas, pues desde hace varios años ha sido testigo, con gran satisfacción, del proceso de aprendizaje que sus alumnos, de la misma edad que ella, han tenido.

“Una ventaja de mis clases es que mis estudiantes son más o menos de mi edad. Eso les da más confianza porque muchas veces sienten que las personas más jóvenes no les tienen la suficiente paciencia”.

María del Carmen y sus estudiantes, así como el resto de las personas mayores que se atreven a estudiar, demuestran que esta población sí tiene capacidades para aprender.

Según la OMS: “hay procesos cognitivos que se deterioran con la edad, entre ellos la velocidad del procesamiento, la memoria de trabajo, las funciones ejecutivas, la atención y la inhibición. Sin embargo, en las personas mayores los procesos cognitivos intuitivos y automáticos se mantienen estables y hasta mejoran.

Del mismo modo, el desarrollo emocional y social por lo general continúan con la edad debido al conocimiento que las personas tienen de sí mismas, a sus facultades de autorregulación y a las relaciones sociales estables que logran con el transcurso de los años”.

Cómo aprenden las personas mayores: como el resto de los humanos, tienen la capacidad de aprender, pero lo hacen de maneras diferentes.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud –OMS-, recomienda que para facilitar el aprendizaje de las personas mayores se tenga en cuenta “la perspectiva del tiempo asociada a la edad”, es decir que “el aprendizaje es más atractivo si está relacionado con la vida de la persona y puede usarse en el presente más que en el futuro”.

También afirma la OMS que “los adultos mayores valoran especialmente el aprendizaje empírico si les permite aprovechar experiencias del pasado que valoran”.

Siguiendo estos parámetros, el programa de educación de personas mayores en Montes de María que hizo en 2017 la Fundación Saldarriaga Concha y Transformemos, antes de comenzar con los cursos, realizó una investigación sobre las necesidades y contexto de las personas mayores e incorporó todo su saber, sus recuerdos y experiencias al proceso de aprendizaje.

“Adaptar los contenidos pedagógicos a su realidad actual, a su experiencia de vida y a sus necesidades, permitió que este proyecto fuera motivador para los estudiantes” asegura Juan Camilo Celemín, Coordinador de Educación y Formación de la Fundación Saldarriaga.

Atreverse a estudiar en la vejez

Otro factor a tener en cuenta en la enseñanza a las personas mayores es que los maestros sean también mayores. “En proyectos en los que hemos enseñado nuevas tecnologías a las personas mayores descubrimos que si es alguien mayor quien les enseña, aceptan mejor y aprenden de manera más sencilla”, asegura Soraya Montoya, Directora Ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha.

El Diseño Universal del Aprendizaje –DUA- es una herramienta esencial para que las personas mayores aprendan. “El punto de partida de DUA es entender que todas las personas tienen diversas formas de percibir, expresarse y motivarse.

El reto es que las prácticas pedagógicas abarquen múltiples formas de presentar la información y de motivar a los estudiantes”, explica Celemín. En la práctica esto significa que la información sea presentada de diferentes maneras (visuales, gráficas, artísticas, entre otras) para que cada estudiante se motive a aprender de acuerdo con sus capacidades.

Por último, las personas mayores valoran el compartir sus experiencias no solo con personas de su misma edad sino también con los más jóvenes.

Las fundaciones Saldarriaga Concha y Fahrenheit 451 han realizado laboratorios de narración y expresiones artísticas en los que participan jóvenes y personas mayores.

“Estos espacios demostraron ser una herramienta efectiva para empoderar a los participantes, convirtiéndolos en agentes de cambio, enfocados en la construcción de sus proyectos de vida y en tejer nuevos lazos de confianza en las comunidades” asegura Lina María González, Líder de Salud y Bienestar de la Fundación Saldarriaga Concha.

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