Este 10 de Mayo se celebra el Día de la Madre, con motivo de esta fecha la Fundación Saldarriaga Concha quiere hacer un breve reconocimiento por medio de dos historias de vida a todas las madres de hijos con alguna discapacidad, quienes día a día dan su amor incondicional, aprenden y comparten con dedicación incondicional en la diversidad.
Historias que inspiran
Nelly y Mateo
Nelly Briceño es madre de Mateo Nicolás Zambrano, un joven de 19 años con síndrome de Down. Ella relata con orgullo su experiencia como madre de una persona con discapacidad, asegura que la llegada de Mateo transformó su vida y le permitió ver y aceptar la diversidad no solo de su hijo sino de las personas que la rodean.
“Después de 10 años de espera, con un embarazo de alto riesgo, a las 32 semanas nació nuestro hijo, prematuro; según los médicos se sospechaba que tenía síndrome de Down, para mí como madre lo único importante era amar a este hijo que había deseado y esperado con tanto amor” afirmó Nelly.
La enseñanza de Mateo
“Para mí ser la madre de Mateo, me hace inmensamente feliz, me llenan de orgullo y satisfacciones todos sus logros, él ha superado todas mis expectativas, me ha enseñado que él es el protagonista de su vida, a respetar su diferencia, a enriquecernos y celebrar la diversidad” Aseguró Nelly.
Actualmente Mateo pertenece al Comité Paralímpico Colombiano. Es un deportista de alto rendimiento, que entrena de lunes a sábado con el IDRD, en el Complejo Acuático, y además, está en el grupo del selectivo para participar en Juegos Nacionales
El mayor reto como madre e hijo
Nelly afirma que su mayor desafío ha sido la visión de la sociedad frente a una persona con discapacidad. “Lo más difícil de la vida con mi hijo, ha sido tener que empoderarme, para que un Estado reconozca que Mateo es un ciudadano con derechos, en salud, recreación, educación, vivienda, y cultura. Realmente mi hijo no tiene ninguna discapacidad, es un ser humano, común, diverso, capaz, como todos, que encuentra cada día más barreras al interactuar con el medio”.
El sueño de Nelly para Mateo
“Mateo se graduó en diciembre del año pasado de bachiller y tiene varios sueños, entre ellos desea ser entrenador deportivo, o D.J y como familia lo apoyamos” aseguró Nelly.
“Rescato que lo más valioso que tiene Mateo es su familia, como principal red de apoyo, siempre dispuesta a ayudar, apoyar, a formar, a proyectar, y las demás redes de apoyo, que cada día nos muestran el camino y nos dan la mano siempre, conozco de cerca la Fundación Saldarriaga Concha, líder en proyectos para personas con discapacidad intelectual, y Asdown Colombia, quienes han sido escuelas de enseñanza para Mateo y para mí” afirmó Nelly Briceño.
María Paulina y Esteban
E con mamaMaría Paulina de Zubiría o “Poli” como le dicen sus allegados, es la madre de Esteban, quien es un joven de 17 años con autismo. Poli es una mujer alegre quien ha dedicado gran parte de su vida a la danza incluso practicó ballet hasta los 8 meses de embarazo.
“El primer año y medio de vida de Esteban no sabíamos el diagnóstico; él sí había tenido problemas motores, pero a los 2 años, dejó de comunicarse a través del habla. Como madre, no sabía que era autismo, pues él se desarrollaba como los demás niños de su edad” asegura Poli.
Esteban es el penúltimo de 10 nietos, y el mayor en una familia de 4 integrantes.
La enseñanza de Esteban
Para Poli, la mayor enseñanza que le ha dejado su hijo ha sido la paciencia, “No importa cuánto quieras correr en la vida o cuanto afán tengas, Esteban tiene su ritmo y necesita comprensión”. De igual forma, Poli describe a Esteban como un espejo de su comportamiento, tanto positivo como negativo “El repite todas las actitudes y palabras que tengo, así visualizo en ocasiones comportamientos que no debería adoptar”.
El mayor desafío como madre e hijo
“Sin duda el mayor desafío ha sido el económico, pues cualquier tipo de terapia o consulta tiene un costo elevado o debe realizarse fuera del país” aseguró María Paulina.
Nuestro objetivo es aprender cada día algo más de Esteban, esperando en cada momento un avance, sin amarrarnos a un diagnóstico, sino viéndolo como lo que es: una persona a la cual se le debe garantizar su participación, afirmó María Paulina.