Han pasado 17 años desde que se declaró el 18 de febrero como el Día Internacional del Asperger con el objetivo de promover la inclusión de esta población, y han pasado once desde que se presentó un cambio importante relacionado con este diagnóstico.

La versión 2013, las más reciente, del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM por sus siglas en inglés) estableció que el síndrome de Asperger, ya no es una categoría diagnostica, sino que haría parte del Trastorno del Espectro de Autismo.

Además de esto, con la versión anterior (1994) se consideraba que las personas que se diagnosticaban dentro de este espectro tenían asociada una discapacidad intelectual, la nueva versión explica que algunas pueden presentarla y otras no.

“Las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista presentan retos en áreas como la comunicación, interacción social e intereses repetitivos y restringidos”, dice la psicóloga Karen León, miembro honorario de la Liga Colombiana de Autismo (LICA). Explica que las personas con este diagnóstico no tienen dificultades con el lenguaje verbal; por el contrario, pueden sobresalir en este tipo de expresión, la dificultad es la reciprocidad social (la ida y vuelta de las conversaciones, por ejemplo), la comprensión de ciertas frases o palabras y que a veces toman las expresiones de manera literal.

Mitos por romper

Aunque ya no se hable de Síndrome de Asperger, siguen existiendo mitos alrededor de las personas que están dentro del Trastorno de Espectro Autista. Es importante aclarar, según la psicóloga, que no se puede generalizar porque cada persona es diferente y sus características varían por su contexto y personalidad. Por esto, la sensibilización con respecto a este tema debe continuar. Estos son algunos mitos:

• Son mejores en las ciencias exactas, como las matemáticas.
• No miran a los ojos.
• No tienen amigos.
• Se les dificulta o no quieren socializar.
• No pueden expresar emociones o identificar cómo se sienten las otras personas.
• Hay ciertos espacios sociales en los que no pueden estar.
• No les gusta hablar o quieren hablar mucho de un tema.

A la fecha no se cuenta con cifras que muestren el panorama de las personas con este diagnóstico. La Organización Mundial de la Salud dice que aproximadamente uno de cada 100 niños tiene autismo, pero no especifica en qué niveles de apoyo.

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