Aplausos, historias, anécdotas, risas y lágrimas hicieron parte del lanzamiento del cuarto Heptamerón, el libro con 57 narraciones de personas mayores que aceptaron el reto de escribir sobre su vida. Este conmovedor momento se vivió durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo 2024).
El espacio fue la oportunidad para que por primera vez los autores de estas historias, los profesores y los tutores de la Escuela Virtual Historias en Yo Mayor se encontraran personalmente. Un hecho que hizo más emotivo el evento.
“Participé en esta hermosa escuela que tiene un valor agregado, y tal vez no lo tenemos bien claro. A través de las historias que escribimos en este proyecto y, que luego continuamos por cuenta propia, dejamos a la familia un legado de nuestra vida, con esto vamos a trascender el tiempo que vivimos y va a ser un regalo maravilloso para ellas. Esto es casi que un deber”, expresó Dora Beatriz Franco de 69 años de edad.
Historias en Yo Mayor nació en 2011 como un concurso de cuento escrito y oral dirigido a personas mayores de Colombia. En 2020, con la llegada de la pandemia por Covid-19, el concurso se convirtió en la escuela virtual, en la que participan personas mayores de cualquier parte del país y del exterior, quienes de la mano de expertos se forman y construyen historias. El proceso tiene una duración de siete semanas.
Este año, la escuela está celebrando la publicación de su cuarto libro Heptamerón. En total, desde la creación del concurso, esta experiencia le ha entregado a Colombia diez libros que recogen el saber de las personas mayores. La escuela fue creada por la Fundación Saldarriaga Concha y la Fundación Fahrenheit 451.
Así como Dora vio en la escuela ese valor agregado, cada persona que ha pasado por la escuela se ha llevado sus enseñanzas y, también, ha enriquecido la vida de sus organizadores.
“Este es uno de los proyectos que nos llena el corazón y que nos motiva todos los días. Nos ha permitido amplificar las voces de las personas mayores y nos ha transformado la vida a nosotros, y estoy segura de que a muchas personas. Esta escuela tiene futuro, cada vez más personas mayores hacen parte, además quienes han sido alumnos ahora han pasado a ser profesores y tutores de la escuela”, dice Lina María Aristizábal, líder de Educación y Formación de la Fundación Saldarriaga Concha.
Autores contaron su experiencia
En el lanzamiento, tres autores tuvieron la oportunidad de leer parte de sus escritos. Uno de ellos fue Taitianna Roa. Nació en el año del triunfo de la Revolución Cubana y en el que Bogotá inauguró el aeropuerto El Dorado (1959), así lo describe. Después de sus 60 años, cuando sentía que algo le faltaba, escuchó en televisión la convocatoria para participar en la escuela y se inscribió.
Ha sido una lectora incansable, pero no se imaginó que tendría capacidades para la escritura. “El proceso fue maravilloso, creo que pocas veces he gozado tanto en mi vida. Nunca me había puesto a escribir. Fue súper enriquecedor. Me llenó la vida de una manera que no pensaba. Ojalá mucha más gente se anime. Uno sana, recuerda, revive, comparte, conoce personas e historias nuevas”, compartió Taitianna.
Guillermo Gutiérrez también estuvo en el panel de escritores invitados, leyó una pequeña parte de su historia y describió su participación como una de sus grandes victorias y experiencias sanadoras.
“Historias en Yo Mayor nos da la oportunidad de sacar algo que muchos tenemos dentro y que no encontramos motivos para sacarlo a la luz. Ellos (los profesores) nos ponen la semillita, esa fuerza que necesitamos para soltar y plasmarlo en una hoja de papel. Recordar es muy importante, nos hace sentir vivos, nos hace pensar que todavía somos útiles”, expresó.
El gran diferencial de esta cohorte es que se inscribió un importante número de personas, por lo que la escuela tuvo que dividir la cohorte en dos momentos. El primero comenzó el 31 de julio con 175 personas y el segundo, el 2 de octubre con otras 175.
Según Javier Osuna, coordinador de proyectos de la Fundación Fahrenheit 451, “no solo los jóvenes tienen que aprender y desprender, también los mayores. Yo siento que la Escuela Virtual es un motor de transformación cultural que va más allá de la vida en particular de las personas mayores y tiene que ver con la sociedad en general, invita a dialogar con respeto, a dejarse interpelar por los demás. Así se puede evolucionar, cambiar y disolver esos aprendizajes atávicos de este país maravilloso y diverso que tiene tantas cosas por cambiar”.
Sobre el libro, él nos dice que “La transformación de los lugares del pasado (recordados con nostalgia, alegría y dolor); el erotismo y el amor (correspondido, imposible, breve, eterno e inconcluso); la crianza plagada de travesuras (en la ciudad y en el campo); las historias de miedo y espanto plagadas de demonios, rituales y fantasmas; la riqueza tradicional de nuestro país y sus regiones (presente en la gastronomía, la música y la jerga popular); los animales salvajes y domésticos (cómplices y maestros de nuestro paso por la Tierra); y, finalmente, los viajes (escogidos o forzados, pero llenos de asombro) hacen parte de este volumen que orgullosamente entregamos a los lectores con la esperanza de alimentar un fuego vivo que alumbre la vida de viejas y nuevas generaciones”.
El libro se puede leer dando clic aquí