Historias en Yo Mayor, la única escuela que no cerró en el confinamiento
28 abril, 2023

Historias en Yo Mayor, la única escuela que no cerró en el confinamiento.

Cuando en el mundo les cerraban las puertas y los alejaban de todo para evitar que enfermaran por covid-19, pasó algo extraordinario para las personas mayores de Colombia e incluso de otros países: la Escuela Virtual Historias en Yo Mayor se puso en operación. Fue la única escuela que abrió durante el confinamiento.

Luz Marina Cediel, exalumna, tutora y profesora de la escuela, narró de esa manera lo que significa para ella y para otras personas mayores el ser parte de esta escuela. Sus sentimientos los compartió durante el lanzamiento de libros de ‘Historias en Yo Mayor’, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2023 (FILBo).

Sus palabras quedaron grabadas en la mente de las fundaciones creadoras de la escuela: Saldarriaga Concha y Fahrenheit 451. “Nos dimos cuenta de que la libertad también se construye a través de la narración y que podemos estar confinados, encerrados en nuestras casas, pero seguimos siendo libres a través de la narrativa y la narración”, dijo Javier Osuna, coordinador de proyectos de la Fundación Fahrenheit 451.

Lina María Aristizábal, líder de Educación y Formación de la Fundación Saldarriaga Concha, señaló los logros alcanzados durante la pandemia. “Desde la pandemia estamos unidos. Nos leímos, nos oímos en los radiocuentos, en los podcast y nos encontramos virtualmente con escritores”.

El evento fue muy emotivo por ser la primera vez que los exalumnos de las tres cohortes que ha tenido la escuela, sus tutores, profesores y organizadores se reunían presencialmente. Además, se lanzó la colección digital de libros del proyecto llamada Heptamerón, memorias de una cuarentena creativa, que se puede descargar en E-Book y PDF en www.yomayor.co

La colección recopila los escritos de más de 150 personas mayores de todo el país que participaron en la Escuela Virtual de Historias en Yo Mayor (2020-2022). Contiene cuentos, anécdotas y testimonios en los cuales los autores reflexionan sobre la vida, la infancia, el amor y la tradición. Leer más sobre la escuela.

Testimonios que conmueven

“Para mí, la escuela no es esa estructura de ladrillo que regularmente existe. Es un hogar. Durante siete semanas construimos y tejimos los mejores relatos de nuestra vida”, expresó Luz Marina en el evento.

Conmovida contó que dejó el miedo que tenía de escribir sobre el amor. Aprendió que debía enfrentar el misterio del amor. La escuela le permitió transitar por su infancia, las pilatunas, los mitos, las leyendas, las mascotas, la culinaria de Colombia y por todas las regiones del país.

Fue maestra 23 años y ahora se siente muy orgullosa de haber retomado su labor siendo maestra de las personas mayores de la escuela, quienes cuentan sus historias tímidamente, pensando que de pronto se las van a rechazar.

“Pero esta escuela no rechaza, orienta y les da la mano a los estudiantes. Mi misión era que mis alumnos siguieran escribiendo, que no se desmotivaran y que dejaran el miedo”, dijo entre sonrisas.

Dejar el miedo y empezar a escribir

Por la escuela han pasado estudiantes de México, Panamá, Venezuela, Uruguay y Argentina. Guillermo Panizza es uno de ellos. Este uruguayo llegó a Colombia con el propósito de vivir cuatro años y ya lleva nueve. Ama las flores colombianas “no saben la riqueza que tienen en flores”, dijo. Es arquitecto de formación y periodista de corazón y ejercicio. Trabajó durante 27 años en medios en la República Checa, aunque cuando él llegó, en 1989, era Checoslovaquia. Desde el panel motivó a las personas mayores a que pierdan el miedo al qué dirán, incluso a que pierdan el miedo a las faltas ortográficas, y se animen a escribir sus experiencias.

“Que nos confundimos, que a veces dejamos el micrófono abierto, que sale la imagen que no queríamos que saliera, que no me peiné… Abandonemos todo eso, logremos plasmar en el papel lo que sentimos”, dijo.

El tema que más le gustó fue el del amor. Escribió una ficción sobre un corresponsal que está en Praga (capital de la República Checa), sin hablar el checo.

Agradeció la motivación que recibió al tener que escribir sobre temáticas que no eran libres porque esto le producía euforia. “A quienes tienen cierta duda a enfrentar un tema, les digo que piensen en su pasado. Afortunadamente las personas mayores tenemos un bagaje cultural y tenemos que lograr expresarlo por escrito. Abandonemos esos miedos y el nerviosismo de ponerse frente al ordenador y escribir”, mencionó.

Una nueva autora

Marleny Clavijo, exalumna de la escuela, decidió expresar sus sentimientos como mejor lo sabe hacer, escribiendo.

En su escrito dio gracias a las fundaciones por estimular la imaginación de las personas mayores, ya sea con vivencias propias o creadas. Confesó que se deleitó viendo y escuchando varias veces a sus compañeros y su dicha aumentó cuando uno de sus cuentos quedó plasmado en el segundo Heptamerón.

“Mi participación en la escuela fue única porque no solo me sirvió para interactuar con personas afines a mi gusto literario, sino también porque me sentí realizada como escritora, pues nunca antes tuve la oportunidad de que mis relatos fueran leídos por otras personas y que otras tantas las escucharan y comentaran en el club de lectura y otros medios visuales”, leyó.

Marleny presentó también en la FILBo 2023 su propio libro. Lanzó Invisibles del conflicto eterno, las memorias de Julio, que le significó varios años de investigación y escritura.

La escuela, que comenzó con el slogan ‘Tu creatividad no entra en cuarentena’, ha sido un acontecimiento que sigue dando frutos. Ha tenido estudiantes en 28 departamentos y ha recopilado las historias de más de 11 mil personas mayores de diferentes regiones.

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