Obesidad y diabetes, pareja no muy dulce
13 noviembre, 2019

La Obesidad y diabetes, son una pareja no muy dulce. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, durante el Siglo XXI la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, razón por la cual su atención se ha convertido en una prioridad para sistemas de salud en el planeta.

Pero la obesidad no viene sola. Está comprobado que esta enfermedad, que antes se creía solo era un problema para los países con ingresos altos, puede provocar diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, enfermedades que con frecuencia tienen como consecuencia la discapacidad de quien las padece.

Para 2014 la OMS calculó que el número de personas con diabetes era de 422 millones y que, del total de la población, el 8,5 de los mayores de 18 años tenían esta enfermedad. Las cifras demuestran que la obesidad y la diabetes, no son pareja no muy dulce y deja muchas secuelas. En 2015 fallecieron 1,6 millones de personas como consecuencia directa de la diabetes y los niveles altos de glucemia fueron la causa de otros 2,2 millones de muertes en 2012.

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En el país, la Asociación Colombiana de Diabetes estima que el 7 % de la población tiene esta enfermedad, y se calcula que para el 2045, solo en Latinoamérica, 42 millones de personas tendrán esta patología, la cual es en una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.

Este año, para conmemorar el Día Mundial de la Diabetes, la familia será el eje central de la conversación en torno a esta enfermedad, pues la International Diabetes Federation (IDF) busca generar conciencia sobre el impacto que este diagnóstico trae sobre la familia.

Al respecto, la líder de Salud y Bienestar de la Fundación Saldarriaga Concha, la psiquiatra Lina María González Ballesteros, asegura que la familia es crucial en todo lo relacionado con el cuidado y acompañamiento de los tratamientos diseñados para las personas con diabetes.

“La familia es pieza fundamental en el adecuado manejo de la enfermedad en tanto ella comparte el día a día del paciente con diabetes y su apoyo en torno a la dieta, el ejercicio físico, el cuidado permanente de sus pies, sus ojos, etc., el asegurar el manejo adecuado de la medicación, así como la adherencia al tratamiento médico y los controles periódicos son fundamentales”, dijo Ballesteros.

Pero para lograr que el acompañamiento sea efectivo, González advierte que tanto “la familia, como el paciente, deben conocer muy bien la enfermedad, entender cuáles son los riesgos y acompañar en los ajustes al mismo paciente”.

Así mismo, indica la especialista que la prevención de la obesidad y por ende de la diabetes, es una responsabilidad individual, sin embargo, aclara que el estado, los entes públicos, los colegios y la sociedad civil deben ser protagonistas a la hora de construir leyes, estrategias y políticas públicas que garanticen una alimentación adecuada y hábitos de vida saludables.

Frente a la responsabilidad de productores de alimentos a la hora entregar la información sobre sus productos, González asegura que “es muy importante que la decisión de lo que comemos sea optativa y adecuadamente informada, es decir, las personas debemos conocer que es lo que estamos consumiendo y con ello tomar una decisión informada y clara frente a los riesgos que nos enfrentamos o a los que nos exponemos”.

Para garantizar esto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, promueve el etiquetado de los alimentos como una herramienta eficaz para proteger la salud de los consumidores en materia de inocuidad alimentaria y nutrición, acciones que van de la mano para combatir la epidemia de obesidad que enfrenta el mundo y así prevenir las enfermedades que ella puede causar.

Conozca más sobre la situación de salud de las personas mayores en Misión Colombia Envejece.Â