La relación con la “Madre Tierra” es fundamental para la salud mental de las comunidades indígenas.
Según la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, existen 102 pueblos ancestrales y 8 en aislamiento voluntario, sin embargo, el Censo General 2005 realizado por el DANE, asegura que existen 87 pueblos indígenas identificados plenamente, lo que representa el 3,43% de la población del país, algo así como 1.392.623 de personas en el territorio nacional.
Vaupés (66,65%), Guainía (64,90%), La Guajira (44,94%), Vichada (44,35%) y Amazonas (43,43%) son los departamentos con mayor registro de población indígena.
*Los resultados para grupos étnicos del CENSO 2018 aún no han sido publicados por el DANE.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, como una “oportunidad para preservar y vigorizar las culturas indígenas del mundo, incluyendo factores tan relevantes como el arte y la propiedad privada”.
La nueva Constitución de 1991 significó un gran paso para el reconocimiento de las culturas indígenas, sin embargo, en 2007, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aseguró que estas comunidades “afrontan una situación muy compleja, en la cual se combinan el desconocimiento reiterado de sus derechos económicos, sociales y culturales, y las múltiples y frecuentes agresiones a sus derechos civiles y políticos. A ello debe agregarse que en las zonas habitadas por esas comunidades el conflicto armado presenta, a menudo, dramáticos rasgos de intensidad y degradación. En el contexto bélico la población indígena sigue padeciendo una intensa victimización por obra de agentes de todas las partes contendientes”.
Conflicto y Salud mental en las comunidades indígenas
La Fundación Saldarriaga Concha adelantó, con colaboración de la Fundación Ford, la investigación Estigma y discapacidad psicosocial en el marco de los resultados en salud mental del Conflicto Armado en Colombia, y la comunidad indígena fue incluida dentro de este análisis.
https://www.saldarriagaconcha.org/investigacion-estigma-y-discapacidad-psicosocial/
Según cita la investigación, “estas comunidades han sido especialmente afectadas por el conflicto armado, y el desplazamiento forzado es un factor importante de los problemas de salud mental de esta población. Además, la posición que ocupan las comunidades indígenas en el cuerpo social y la marginación que sufren es una dificultad más en términos de salud mental“.[i]
Sobre poblaciones especiales como los indígenas, los afrocolombianos y las víctimas del conflicto, la investigación desarrolla el concepto de triple-estigmatización, que consiste en la triple carga que deben asumir estas poblaciones cuando se presentan sus problemas de salud mental, pues además de sufrir los estigmas propios de la enfermedad mental, deben cargar con los estigmas sobre su etnia y su condición de víctimas.
Uno de los objetivos de la investigación era encontrar puntos en común y divergencias frente al concepto de salud mental de los participantes de las comunidades indígenas, frente a otros grupos poblacionales.
Cabe señalar que, la participación de las personas que se vincularon a los grupos focales y a las entrevistas, estuvo siempre mediada por organizaciones de la sociedad civil. En estos espacios, los participantes pertenecientes a pueblos indígenas manifestaron que era riesgoso generalizar sus opiniones personales como opiniones de toda su etnia y mucho menos de toda la población indígena colombiana; y que se debía ser ser sensible a las diferencias culturales que existen entre las diferentes etnias. Los entrevistados, que participaron a título personal y no comunitario, pertenecen a los grupos indígenas Embera Katio, Cabildo Obonuco, Los Pastos, Wiwas y Wayyu.
Es importante aclarar que la población entrevistada no es muestra significativa y que, a pesar de que se hicieron hallazgos importantes, es necesario que investigaciones posteriores hagan un estudio más exhaustivo y representativo de la población indígena y sus particularidades sobre salud
mental.
Uno de los hallazgos de mayor frecuencia y relevancia es que hay un vínculo inseparable entre salud mental y la posibilidad de habitar el espacio en el que se ha desarrollado la comunidad.
“Para mí la salud mental es, la armonía de todos los espacios en los que convivimos, pues partiendo desde el mismo territorio, que es el que nos brinda la vida misma. O sea, que si se afecta el territorio nos vemos afectados nosotros. En el caso de las plantas medicinales, ellas aportan a nuestra sanación, a nuestra curación y alimentación. También en el caso de las huertas, que son las que nos proveen diariamente la alimentación”, señaló uno de los participantes de un grupo focal desarrollado en Bogotá donde hizo presencia la comunidad indígena.
Los indígenas entrevistados vinculan el concepto de salud mental con el equilibrio entre lo físico, lo nutricional y la relación con la denominada “madre tierra”, y al igual que los otros grupos, pueden describir la salud mental cuando lo comparan y diferencian con la enfermedad mental.
La investigación encontró que para las mujeres Embera entrevistadas, la carga emocional está ligada al rol de cuidado de los hijos y la enfermedad mental se relaciona con la incapacidad para el cuidado. Para los participantes de otros grupos indígenas, la enfermedad mental está relacionada con la presencia previa de un espíritu maligno en territorio o con un desequilibrio con la naturaleza y la inadecuada alimentación.
Otra de las grandes conclusiones de esta investigación, es que el estigma y el autoestigma son una barrera de acceso a los servicios especializados de atención en salud mental.
Según la médica psiquiatra Lina González, directora de esta investigación, “esto sólo es un primer acercamiento a la problemática a la que se enfrenta la población indígena. Se requiere hacer estudios mucho más profundos, para que el Estado y la Sociedad puedan dar una respuesta efectiva y diferencial a los problemas de salud mental de la población indígena, teniendo en cuenta sus particularidades”.
Reconocer los contextos particulares de las poblaciones indígenas en temas de salud mental se convierte en una de las formas de reconocer y respetar a los pueblos indígenas, contribuyendo con su preservación.
[i] (Gómez-Restrepo,
Rincón, & Urrego-Mendoza, 2016; Urrego-Mendoza et al., 2017).