El Día Mundial de las y los Docentes es una buena oportunidad para reflexionar sobre el quehacer de estos profesionales que transforman vidas al guiar a otros para que desarrollen sus capacidades a sus ritmos y posibilidades.
En la búsqueda de ese objetivo idean cada día nuevas maneras de hacer pedagogía, por ello el lema de este año es: “La transformación de la educación comienza con las y los docentes”.
Cuatro docentes que se han comprometido en cuerpo y alma a la educación inclusiva son ejemplo de que esa transformación es posible. A través de ellos queremos hacer un sentido homenaje a los docentes, principalmente a aquellos que han decido ser maestros inclusivos.
Un PEI inclusivo, una institución de puertas abierta
Docente: Dina Durango Hernández
Proyecto: Caminando hacia la educación inclusiva en Bolívar (Corregimiento de Malagana, municipio de Mahates, Bolívar).
De qué se trata: Era el año 2010 cuando Dina, en su labor de docente de apoyo pedagógico en la Institución Educativa Técnica Agroindustrial de Malagana (Bolívar), se dio cuenta de que algo no estaba funcionando en la institución. En las aulas era común la indisciplina y la violencia, como consecuencia sus compañeras docentes se llenaban de estrés y los padres de familia estaban angustiados porque sus hijos no avanzaban académicamente.
Con su observación y análisis, la ‘profe’ concluyó que el Proyecto Educativo Institucional (PEI), la hoja de ruta de los colegios, no estaba acorde con la población estudiantil que se estaba atendiendo. En palabras de ella, era un “PEI desvirtuado de la realidad”.
Algunos estudiantes de básica primaria tenían discapacidad psicosocial-mental, intelectual o física, talentos y/o capacidades excepcionales, hiperactividad o déficit de atención y la formación que brindaba la institución no respondía a esas características particulares.
“No había currículos flexibles, lógicos y asertivos para que los estudiantes trabajaran. Tampoco había tratamiento. Entonces empecé a preguntar por las Entidades Promotoras de Salud (EPS) de los estudiantes y a usar herramientas para remitirlos a medicina general y, luego, a los especialistas según el diagnóstico”, explica.
Fue un trabajo de mucho esfuerzo que implicó conversaciones con el rector para estructurar el nuevo PEI, sensibilizar a sus compañeras y tocar las puertas de diferentes entidades. De esa manera comenzó un nuevo ciclo en esta institución que ahora responde a las características individuales de cada niño, niña y adolescente, a sus ritmos y a estilos de aprendizaje, así como a las recomendaciones de los especialistas, según el caso.
Según la docente, hay resultados muy positivos: se minimizó la violencia y los estudiantes, independientemente de su diagnóstico, se han graduado de la institución, han ingresado a la universidad o al SENA y otros ya han salido de la educación superior. “Esta es una institución de puertas abiertas. Tenemos una institución incluyente”, agrega la profesora.
Esta experiencia está registrada en el libro 50 experiencias educativas del Ministerio de Educación Nacional (MEN) y la Fundación Saldarriaga Concha (FSC).
Mensaje para los maestros: “Mi invitación es a respetar la diversidad humana y a entender que esto, más que un trabajo pedagógico, es un trabajo humano. También invito a ser empáticos, a ponerse en el lugar del niño, niña o adolescente, y a sacarlos adelante independientemente del tipo de situación que presente, no discriminarlos ni censurarlos. Es posible estructurar un proyecto de vida digno con cada una de sus habilidades y destrezas”.
Aula para estudiantes sordos
Docente: Lina María Páez Lamus
Proyecto: Educación bilingüe intercultural para estudiantes con discapacidad auditiva (Guainía)
De qué se trata: La creación de un aula indígena para estudiantes sordos en la Institución Educativa Francisco de Miranda de Inírida (Guainía) hizo posible la escolarización de niños, niñas y jóvenes con discapacidad auditiva del resguardo indígena El Paujil-Limonar y les permitió apropiarse de la Lengua de Señas Colombiana (LSC). Ver video
Lo primero que hizo la institución fue identificar a niños, niñas y jóvenes con discapacidad que estaban desescolarizados; después, en el marco de la oferta bilingüe-bicultural, les dio ingreso al aula que, aunque suene excluyente (incluso los profesores se cuestionaban si lo era), les dio la oportunidad de estudiar
La razón de estar en un sitio diferente a los oyentes, aunque en el recreo y en otros momentos estaban juntos, era que hasta el momento no manejaban la LSC solo tenían una lengua de señas natural, lo cual les impedía recibir sus clases por medio de un intérprete o comunicarse con personas de otras partes del país. Inicialmente, la misión era que se apropiaran de esta lengua para luego pasar a un aula regular con los demás alumnos. Hoy estoy ya es posible.
Cuando la ‘profe’ Lina llegó a la Institución Educativa Francisco de Miranda de Inírida había trabajo realizado, especialmente con la identificación de los niños, niñas y jóvenes con discapacidad que estaban desescolarizados.
“Continué potenciando el trabajo realizado. Con los profesionales del momento generamos un currículo que se ajustara a nuestros estudiantes y tuviera en cuenta las dinámicas del contexto. También evidenciamos que algunos estudiantes no estaban asistiendo por diferentes razones culturales, en su mayoría porque se desplazaban a los Conucos, en donde tienen sus siembras. Esto se solucionó sensibilizando a las familias”, dice la docente.
Después del aula para estudiantes sordos surgió una segunda parte. La lengua de señas natural de los estudiantes sordos, propias de la lengua de la región, quedó plasmada en un diccionario, el diccionario de lengua de señas del Guainía.
Esta experiencia fue elegida para representar a Colombia en México en el Tercer Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Óscar Arnulfo Romero y quedó registrada en el documento que publicó este Premio con las experiencias de otros países.
La docente Lina ya no está en la institución, actualmente es tutora del Programa Todos a Aprender del Ministerio de Educación en Guainía.
Mensaje para los maestros: “Invitar a los profesores a que nos atrevamos a brindar la educación que se merecen todos los estudiantes, independientemente de su condición. La idea de la inclusión es podernos pensar en la diversidad, en que todos vayamos en esa marcha y no dejar a nadie atrás”.
Docente: Yair Doney Cuero Ángulo
De qué se trata: En 2016 a la Institución Educativa Diocesana Jesús Adolescente (Buenaventura, Valle del Cauca) se le presentó el desafío de responder a las necesidades de apoyo de Carlos Eduardo, un niño de 11 años, ciego de nacimiento por causas desconocidas.
La institución no estaba preparada. Los docentes no tenían capacitación para atender a estudiantes con discapacidad visual, no había materiales didácticos adecuados, el ambiente del aula era desfavorable para la concentración y el trabajo, y el acompañamiento de la familia era casi nulo.
El profesor delegado para hacerse cargo fue Yair Doney Cuero Ángulo. Contó con el apoyo de la institución, de la Secretaría de Educación Municipal del Ministerio de Educación, pero también tuvo que ingeniárselas para conseguir material de trabajo e instrucciones para el uso del braille y del ábaco. La Biblioteca de Comfenalco facilitó algunos implementos.
“Cuando Carlos estaba en quinto de primaria nos dieron una capacitación y empezamos haciendo unos Planes Individuales de acuerdo con los ajustes razonables (PIAR) de cada asignatura [Los PIAR son herramientas que permiten facilitar la enseñanza a estudiantes con discapacidad]”, dice el profesor Yair.
En este momento, Carlos tiene 17 años y está cursando octavo. Ana Milena Salcedo, docente de apoyo de la institución, está a cargo del caso. “El colegio le dio un computador y le instalamos un programa para que aprenda a usar el teclado. Está muy animado. Estamos trabajando para que sea más independiente”, dice la docente.
Hace poco el colegio hizo un taller de inclusión y empatía con los padres de familia y el Instituto Nacional para Ciegos (INCI) le donó materiales didácticos y libros que Carlos se puede llevar a su casa para estudiar.
Mensaje para los maestros: “Que no se pongan barreras y que no tengan miedo, que conozcan al estudiante y las herramientas necesarias para trabajar con él. Con disponibilidad y paciencia se van dando las cosas”, concluye la profesora Milena.
La inclusión, más allá de un proyecto
Docente: Walther Mauricio Sánchez García
De qué se trata: Entre 2010 y 2011 el departamento de Cundinamarca empezó a entrar en el tema de la educación inclusiva y los municipios con alta matricula de estudiantes con discapacidad comenzaron a recibir procesos de acompañamiento. Cáqueza estaba en ese listado.
En este municipio está ubicada la Institución Educativa Departamental Rural Rincón Grande, un colegio con 225 estudiantes. Walther Mauricio Sánchez García es su rector desde 2018.
Cuando Sánchez ingresó a la institución esta ya tenía antecedentes de trabajo inclusivo, gracias al acompañamiento que el municipio recibió. Él está convencido de que la inclusión no debe ser un plan, un proyecto o una actividad, sino una política anclada al Proyecto Educativo Institucional (PEI).
Por esto, en la institución se han realizado ajustes al sistema de evaluación y al diseño curricular. El rector explica que, en la medida de lo posible, los profesores deben incorporar el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) y si con este no se garantiza el derecho a la educación y el desarrollo de competencias de los niños y niñas con discapacidad se deben hacer los Planes Individuales de Ajustes Razonables (PIAR).
Además, la pandemia dejó unas cartillas como apuesta por el desarrollo autónomo, cada niño con discapacidad o sin discapacidad tiene una cartilla. Los niños con discapacidad tienen cartilla diferencial para garantizar los procesos en cada área.
“Desde 2018 hemos tratado, porque no es fácil, de garantizar la inclusión con respecto a ver cuál es la adaptación curricular que se necesita para que todos los estudiantes con discapacidad desarrollen las mismas competencias que quienes no tienen discapacidad. Yo hago el direccionamiento, pero la atención a niñas, niños y adolescentes con discapacidad la hacen los maestros. Ellos hacen el trabajo más fuerte. El reconocimiento y gratitud es para con los docentes de la institución, quienes lograron ampliar su mirada y hacer parte de su quehacer, la entrega y servicio por todas y todos” dice el rector. Ver video
Mensaje para los maestros: “Se debe tener mentalidad abierta y disposición porque los niños, niñas y adolescentes con discapacidad en el marco de los derechos merecen una atención en equidad y calidad, no es solo garantizar la atención, sino una verdadera educación. Son muchos los aprendizajes que se derivan del trabajo con estos niños”.