Utopía: el lugar donde los sueños se hacen realidad
20 febrero, 2025

Campus de Utopía, Universidad de La Salle.

A casi 300 kilómetros de Bogotá, en una hacienda de Casanare se hacen realidad los sueños de jóvenes de Colombia, provenientes de municipios donde las oportunidades son escasas y, en cambio, la violencia y el conflicto armado son permanentes. Este lugar lleva un nombre que describe muy bien su propósito: Utopía, un espacio que con educación transforma la vida de quienes pasan por allí.

Utopía es el primer campus rural del país. En sus 15 años de existencia ha acogido y formado profesionalmente a jóvenes de 30 departamentos y 266 municipios, con la convicción de que al regresar a sus territorios devolverán todo lo aprendido para contribuir a un futuro mejor. Algunos de estos jóvenes nunca se imaginaron que podían acceder a la educación superior porque era una realidad que no conocían.

Hace nueve años, la Fundación Saldarriaga Concha se unió a este proyecto de la Universidad de La Salle brindando apoyo a los proyectos productivos que los jóvenes deben realizar en su último año para graduarse. El objetivo de esta colaboración fue incluir a las personas con discapacidad y a las personas mayores en estos proyectos, promoviendo su participación activa.

Campus Utopía.

Hace nueve años, la Fundación Saldarriaga Concha se unió a este proyecto de la Universidad de La Salle brindando apoyo a los proyectos productivos que los jóvenes deben realizar en su último año para graduarse. El objetivo de esta colaboración fue incluir a las personas con discapacidad y a las personas mayores en estos proyectos, promoviendo su participación activa.

“Con la Fundación trabajamos en esta sinergia de propósitos, siempre a favor del bienestar social, especialmente por la población más vulnerable del país. Con esta alianza, los proyectos productivos se conectaron directamente con personas con discapacidad, personas mayores y cuidadores. Ese fue el enfoque de esta colaboración, y ha sido sumamente enriquecedor”, explica el hermano Niky Alexander Murcia Suárez, rector de la Universidad de La Salle.

Este vínculo entre la Fundación Saldarriaga Concha y Utopía se fortaleció en 2019, cuando la fundación, mediante un convenio, otorgó cuatro becas, y luego, en 2021, diez becas adicionales.

La fundación reconoce a Utopía como una iniciativa que transforma la vida de los jóvenes, permitiéndoles cumplir el sueño de seguir viviendo en sus lugares de origen, pero con oportunidades de desarrollo personal y de contribuir al progreso de sus territorios. Así, hace realidad el sueño de ver en el campo un proyecto de vida posible reuniendo varias generaciones.

Primer profesional de la familia

“Los jóvenes que hemos apoyado han logrado reconocer e incluir a las personas mayores y con discapacidad en sus proyectos y en la última cohorte nos enfocamos en apoyar a estudiantes que en sus familias tienen personas con discapacidad o mayores; con lo que buscamos aportar también a mejorar las condiciones de vida de estas familias”, dice Norma Constanza Sánchez Camargo, gerente de Operaciones, de la Fundación Saldarriaga Concha.

Sebastián Gómez, estudiante de Utopía, Universidad de La Salle.

Gracias a este proyecto los jóvenes descubren nuevas oportunidades y rompen ciclos. Sebastián Gómez, por ejemplo, será el primer profesional de su familia, su papá es campesino y su mamá ama de casa. La convocatoria para las becas de 2019 llegó a sus oídos a través de la emisora de su municipio. Se postuló y fue seleccionado, convirtiéndose en la primera persona de Marquetalia (Caldas) en ser becario de Utopía y la segunda de Caldas, un logro que lo llena de felicidad.

Durante tres años estuvo en el campus, ubicado en la Hacienda de San José de Matepantano, a 13 kilómetros de la zona urbana de Yopal-Casanare. 

Un lugar en armonía con la naturaleza, que cuenta con procesos productivos ecológicamente responsables, respetuosos del agua, la tierra, la inocuidad alimentaria y el entorno.

El campus cuenta además con: 9 laboratorios, 9 líneas productivas, 1 planta de agroindustria, 12 salones de clases y 163 habitaciones. Un lugar rural, como el que a Sebastián le gusta y, a la vez, dotado de lo necesario para formarse como profesional.

Inspiración para los más pequeños

Creció en la finca de su papá y su abuela, donde nació su amor por el campo y el sueño de estudiar Ingeniería Agronómica. Un sueño que veía difícil de alcanzar debido a los altos costos de la carrera. Hoy, se siente privilegiado de estar estudiando lo que siempre quiso y, además, de hacerlo con una beca. Está cursando último año, en la etapa del proyecto productivo.

Su proyecto lo está haciendo con los paneleros de su municipio, comenzando en la finca de su papá. “Al ser campesino, me resulta más fácil comprender algunas de las problemáticas que se viven en el campo, y me permite sentirme en confianza con los demás campesinos para intercambiar conocimientos. En cuanto al proyecto productivo, ha sido gratificante acercarme a los paneleros, ellos saben que soy hijo de un panelero, y eso hace que sus hijos se motiven”, cuenta Sebastián.

Sus sueños son cada vez más grandes, quiere hacer un posgrado y ser profesor. Este es precisamente uno de los objetivos de Utopía: que los jóvenes descubran que existen oportunidades y que puedan construir un proyecto de vida diferente al que, en ocasiones, el conflicto y las dificultades les presentan.

“Utopía no arregla los problemas del país, pero muestra que es posible. Lo más difícil con los jóvenes de la ruralidad no es tanto en dónde estudiar, sino en dónde y con quién vivir. Por eso, en el campus tenemos tecnología y todo lo que necesitan, sin lujos, ya que es un campus austero, pero están rodeados de quienes los apoyan y con lo que realmente requieren”, dice el hermano Carlos Gómez Restrepo, fundador del Proyecto Utopía.

Una Colombia pequeña

En sus 15 años, Utopía tiene 443 egresados y sus directivas esperan que al finalizar este año la cifra llegue a 500. Según las encuestas realizadas por el proyecto, el 90% de los egresados regresa a sus territorios rurales para ejercer su profesión y este mismo porcentaje tiene una mejora en sus ingresos, su vivienda y, en general, en su calidad de vida, así como en la de su familia y su región. Algunos salen a emplearse, otros a emprender y otros a ejercer cargos públicos.

El rector de la Universidad de La Salle afirma que esto le muestra al país que hay profesionales capacitados en los territorios rurales, contribuyendo a las transformaciones sociales y productivas, impulsando el cambio y generando condiciones para la paz. “También les decimos a los jóvenes rurales que la pasión por la tierra es reconocida y valorada, que apreciamos su esfuerzo y los animamos a seguir contribuyendo a la transformación de sus territorios”.

Utopía, el campus de la Ingeniería Agronómica y la Ingeniería Agropecuaria, ha reunido jóvenes de diversas regiones y culturas. Por eso, para su fundador es “una Colombia pequeña”.

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